Ruggero.
—Y bien, ¿para qué me citaste aquí?
Por el tono que ha usado no está muy contento aquí. No me importa. Esto también tiene que ver con él, así que estiro los brazos en busca de relajarlos, mientras Leonardo me miraba a la expectativa.
—Necesito que me hagas un favor —suelto después de relajarme. Una sonrisa divertida se forma en su rostro.
—¿Favores?
—¿Te sorprende?
—A este paso creí que sabías hacer las cosas solo.
—Sé hacerlas —aclaro de mal humor—. Pero esto también te compete de todo modos.
Recarga su cuerpo en el respaldo de su silla y con expresión aburrida me indica que siga hablando, sin embargo no lo hago hasta que habla.
—Dímelo ya.
Me imagino que esto va a ser complicado. Más aún porque no se ve demasiado feliz por haber dejado sus vacaciones en Francia y haber venido aquí.
—Quiero que te hagas cargo de las acciones de nuestro padre en la compañía de los Sevilla, junto a Ezra y Agustín —suelto sin más.
Por un momento mi hermano se queda en blanco.
—¿Qué? —repite incrédulo, sin saber si bromeo o hablo en serio, Que pena para él que yo si esté hablando en serio—. ¿Qué estás diciendo? No puedo hacer eso.
—Lo que ya oíste.
—No hablarás en serio.
—Lo hago —reafirmo—. Quiero que ocupes mi lugar en la compañía, después de todo también es tu dinero, ¿no? No vendría mal que por primera vez quieras hacerte cargo de el.
Conocía a mi hermano. Era casi una copia exacto de mi irresponsabilidad hace algunos años, y sé cuan difícil había sido para él dejar el país en donde había estado por años solo para acudir a mi llamado. Dudo mucho que esta noticia sea una de las mejores que ha recibido.
—Estás loco —dice por fin, saliendo de su espabilamiento—. Yo no puedo hacer eso.
Arqueo una ceja aburrido.
—Si puedes, que no quieras es distinto.
—Pues que bien que lo notas. No quiero hacerlo. Se supone que las empresas están a tu cargo.
—¿Y qué bien para ti solo gozar del dinero que yo financio, verdad?
—Mi padre te dejó a cargo a ti.
—Porque rechazte hacerlo conmigo.
—La respuesta sigue siendo no. Mi padre aún está aquí, seguro que si se lo pides no va a negarse.
—Ellos se retiraron hace años. No voy a interrumpir sus vidas ahora.
—La respuesta sigue siendo no —repite una vez más.
—Que mal por ti porque vas a a hacerlo aunque no quieras. No está mal que por única vez formes parte de esto.
—¿Y se puede saber el por qué de esa magnifica idea? No estaba dentro de mis planes —masculla.
La razón era obvia. Recuerdo el rostro preocupado de Karol, el miedo en sus ojos, su temor a que algo malo vuelva a pasar, porque de una u otra manera, los dos sabemos que Alex va a llegar a nosotros tarde o temprano y eso ya era un peligro del que tenía que cuidarla.
—Necesito enfocarme en mi trabajo policial —explico—. Mas que nunca el peligro ronda a mi familia y no quiero tener una guardia baja y después arrepentirme. Tener dos trabajos, muchas responsabilidades es sinónimo de que las cosas salgan mal o se sobrecarguen. Primero quiero enfocarme en una cosa y eso es proteger a mi familia. Mi prioridad.
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DIOSA 3 | El hechizo final.
FanfictionNadie más que nosotros sabe cuanto nos dolió la despedida. La historia tormentosa nos persigue, pero ahora que he vuelto, ¿Lograremos escribir un final que nos guste?