Epílogo.

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4 años después...

Si me preguntaban si me imaginaba está situación años atrás, por supuesto que hubiera dicho que no.

Hago un registro con la mirada por todo el lugar decorado con sus lujosas piezas de distintos lugares, cada una más cara que la otra. Por lo menos el aire lujoso —que era su tema principal—, se mantenía por todos lados. De verdad no seguía sin entender porqué habían tardado tanto para esto.

Por lo menos hoy por fin y después de cuatro años mi hermana estaba a nada de decir "si, acepto" en su boda soñada. Se había postergado tanto que mis padres comenzaban a dudar sobre si en realidad sucedería. Por suerte estábamos aquí y era real. Este era su mayor deseo y faltaba muy poco para que lo cumpliera por completo.

Me sentía muy orgullosa de ella.

Estoy demasiado concentrada viendo todo a mi alrededor, un par de brazos fuertes me rodean por la espalda, apretando mi cuerpo contra el suyo. El toque provoca ese cálido sentir a mi pecho porque conozco esa sensación desde hace mucho.

—¿Disfrutando la vista? —pregunta en mi oído.

—Un poco. Estaba contemplando en realidad. ¿No crees que se ve muy hermosa? —le pregunto con una sonrisa.

—Se ve magnífica, como toda la protagonista de su día.

—¿Lo crees?

—Por supuesto, aunque creo que tú luces mucho mejor.

Sonrío divertida. Él parece orgulloso de su respuesta.

—La novia es ella —le recuerdo.

—Lo tengo muy claro, pero tú sigues llevándote la delantera.

Giro mi cuerpo hasta quedar frente a él y dejo un beso suave en la punta de su nariz. Acomodo parte de su traje y vuelvo a sujetar sus brazos. Todos parecen muy distraídos mientras mi hermana llora a mares haciendo su entrada. La oscuridad de la noche la hace resaltar aún más.

—¿Se durmieron? —le pregunto a mi esposo ladeando la cabeza.

—Parecen dos piedras —asegura—. Las dos se cansan rápido con las ceremonias muy largas, ya sabes cómo son.

—Lo tengo claro.

No sé muy bien en qué momento el tiempo trascurre tan rápido pero pronto ya estamos viendo el beso final que los declara marido y mujer. No puedo ni siquiera describir la cara de emoción de mi madre y la de orgullo que tienen Ezra y mi padre. Ni que hablar de la sonrisa de Noah. Sé que les espera una gran vida juntos. Yo deseo que sea así.

Minutos más tarde me encuentro sentada con mi familia alrededor y disfrutando del dinero invertido de mi hermana en su gran bufé.

La imagen de por sí es perfecta para una fotografía de recuerdo. O claro, una nota en las revistas.

—Todo es tan lindo —asegura mi madre mientras ve a los novios bailar de un lado a otro.

—Estoy seguro que ese muchacho y ella van a tener una vida exitosa juntos.

—Y ni que hablar de los hijos —acota Ezra—. Nunca creí decir esto, pero necesito tener más sobrinos.

—E hijos —lo molesta Ruggero con la copa de vino en la mano—. Por cierto, felicidades nuevo papá.

A Ezra se le dibuja la sonrisa mas grande que he visto en su vida. Besa la mano de Jenna con devoción y amor.

De cierta manera habían pasado muchas cosas alrededor de nuestras vidas en muy poco tiempo.

DIOSA 3 | El hechizo final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora