-Capítulo 9-

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Esa misma tarde fui a hablar con Dumbledore, Draco no estaba seguro de que expusiera así a la familia pero no quería que yo corriera peligro y no había otra alternativa.

—Puedo pasar profesor?

—Claro señorita Malfoy, pasa, la estaba esperando.

—Profesor, yo...

—Como director no debería ayudarle a escaparse de casa, estaría mal visto— cómo sabe él...— pero debo reconocer que tiene una muy buena excusa para hacerlo.

—Disculpe profesor pero cómo sabe usted que yo me quiero ir de mi casa?

—No hay tiempo para explicaciones, conozco a su familia y sé que ahora que Voldemort ha vuelto querrán que usted y su hermano se unan a los mortifagos y no creo que usted quiera ser parte de ello.

—No, no quiero formar parte de ello, y no era mi intención irme, no quiero dejar a Draco solo pero él no va a irse, no quiere decepcionar a padre... le han amenazado con matarme a mí y por eso quiere que me vaya de casa...

—Está claro que Draco te necesita pero te necesita viva y allí no estás segura, tengo entendido que tienes amistad con la familia Weasley, no tienes problema en estar con gente de diferente estatus al tuyo, verdad?

—No, no tengo ningún problema.

—De acuerdo pues el último día del curso ven a aquí a mi despacho y te llevaré donde estarás a salvo, deberías escribirle una carta o algo a tu madre para que no se preocupe demasiado, ella no es una mala persona...

—Lo haré, gracias profesor Dumbledore.— salí del despacho y fui a saludar a los chicos ya que acababan de volver.

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Llegó el último día del curso, me despedí de mis amigos y abracé fuertemente a mi hermano pues estas vacaciones ya no las pasaríamos juntos. Le di una carta de despedida para que se la diera a mi madre y me fui al despacho de Dumbledore tal y como él me había dicho.

—Señorita Malfoy por fin, la puntualidad no es su fuerte por lo que veo.

—Perdón profesor.— me disculpé, puede que debía haber venido hace 20 minutos pero no había hecho las maletas cuando Draco me lo había dicho...

—Bueno ahora que estás aquí agarra un puñado de polvos flu y dí la dirección: número 12 de Grimmauld Place, yo te espero allí— dicho esto él se apareció sin dejarme tiempo para hacer ninguna pregunta.

Agarre los polvos flu y dije en voz alta la dirección. En cuestión de segundos aparecí en una habitación rara y dos hombres me apuntaron con sus varitas.

—Quién eres tú?— me preguntó uno de los hombres, llevaba el pelo por los hombros, tenía tatuajes y se me hacía muy familiar.

—Yo...— iba a responder en cuanto el otro hombre el cual tenía múltiples cicatrices en el rostro me interrumpió.

—Te hemos hecho una pregunta.

—Ey! Dejadle hablar!— les regañó una mujer cuya voz me resultaba muy familiar y se abría paso entre ellos para poder verme.— T/n?

—Molly?

—La conoces?— le preguntó el segundo hombre.

—Pues claro que la conozco, es t/n Malfoy, es muy amiga de los gemelos, dejadla en paz— dicho esto todos bajaron sus varitas y Molly me ayudó a levantarme.

—Una Malfoy amiga de dos Weasleys?— preguntó el primer hombre.

—Te recuerdo Sirius que ella es tu sobrina y tu familia no es que fuera la más tolerante y mírate a ti.

Una decepción constante (Ginny y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora