𝟎𝟑

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Quince de julio, 202317:00

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Quince de julio, 2023
17:00

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Ya había pasado una semana y había terminado el colegio, en realidad el cuatrimestre, habían arrancado las vacaciones de invierno.

Al final no llegué a ningún acuerdo con mi mamá, así que me tengo que ir a la casa de mi papá, en la cual vive con su novia y mi hermano mayor, Lola vive con su papá.

Mi hermano tiene 26 años, pero es solo hijo de mi papá, no de mi mamá. Ya sé, medio raro que viva con su viejo a esa edad, pero hace unos meses entró en las drogas, entonces mi papá lo tiene con él para controlarlo, porque Maxi sí le interesa, no como yo.

No me llevaba mal con Maxi, nos amábamos mucho, pero reconozco que a veces lo envidiaba un poco, él tenía toda la atención de mi papá, y no solo desde ahora por su problema con las drogas, siempre fue así, es como que eran ellos dos. Siempre me dolió no poder ser parte de eso. Capaz que en algún momento empezaba a sentir que sí, pero mi papá se conseguía una nueva mina y me cambiaba por ella, y esta vez no fue la excepción. Desde ahí le hice la cruz, y decidí no darle más bola.

La verdad que duele, duele que un hombre te cambie así por cualquier mina, pero más duele cuando ese hombre es tu papá.

Él aparecía y desaparecía cuando quería, y cuando le convenía, no le importaba cómo me hacía sentir. Prometía y rompía promesas como quería. De chiquita le creía y vivía haciéndome falsas ilusiones, hasta que vi como era en realidad. Un egoísta. 

Y ahora estoy esperando que pase a buscarme.

Veo su camioneta estacionar al lado del cordón, rápidamente voy al asiento de copiloto y al subir veo que no estaba él.

—Hola, Maxi —Hablo algo desilusionada, ni siquiera es capaz de pasar a buscarme.

—Hola, Emi. ¿Estás bien? —Habló al verme decaída.

—Sí, ¿y papá? —Respondí como pude.

—No pudo venir, perdón. —Habló mi hermano con pena.

—Está bien, vos no sos el culpable —Dije mientras conectaba mis auriculares y ponía el álbum "Bien o mal" de Trueno

El camino se hizo algo largo, ninguno de los dos hablaba, sabía que se notaba mi irritabilidad, y no quería ser mala con él porque no tiene la culpa, pero no puedo evitar sentirme así.

Al llegar me costaba mucho bajar, no quería. Quería volver a mi casa. Bajé como pude, desconecté los auriculares y los guardé en mi mochila.

—Hola, hija —Habló mi papá cuando me vio entrar.

—Hola —Hablé en un tono bajo. Me sentía vulnerable.

—¿Todo bien? —Me preguntó, a lo que asentí. —Bueno me alegro, yo en un rato vuelvo, me voy a comer con Pao.

¿Recién llegaba y ya se iba?

Pasó por al lado mío para ir a su Hilux, luego de unos segundos escucho pasos en la escalera.

—Ay hola, Emi, bueno me tengo que ir, chau —Habló con una sonrisa falsa Paola. La verdad que no me caía bien.

Iban a ser unas vacaciones largas.

Veo como mi hermano estaba por subir la escalera y lo freno.

—Eu, Maxi —Hablo, logrando que se gire a mmirarme. . ¿Donde voy a dormir estos días?

—En el cuarto de Lo.

¿Lola tiene cuarto acá?

—Ah, gracias.

Me dirigí a lo que supuse era el cuarto de Lola ya que era el único cuarto vacío, o eso pensaba.

Dejé las mochilas a un costado y me acosté con el celular.

—¡Goool! ¡Te amo, Beltrán! —Grité festejando el gol de River

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—¡Goool! ¡Te amo, Beltrán! —Grité festejando el gol de River.

Eran las siete, y yo como buena hincha de River estaba viendo el partido contra Estudiantes.

—¿Qué hacés gritando así? —Me pregunta mi papá.

—Perdón, me emocioné. Fue gol de River, si ganamos este partido salimos campeones de la liga —Expliqué rápido ya que estaba prestándole atención al partido.

—¿Te gusta el fútbol? —Preguntó con una ceja alzada.

Me ofendía muchísimo que esa pregunta venga de él, ¿en serio mi papá no sabe de lo que más fanática soy? No hay partido de River que no mire, no tengo muchas remeras pero porque mi mamá no puede comprármelas, pero ahorró mucho para una original. En cambio él si podría comprármelas, así como compra lo que se le canta para él, su novia, la hija de ella y su hijo. Es como si yo no perteneciera ahí.

—Sí, me encanta, soy muy fanática del millo —Hablé contenta.

—Ah, ¿nunca algo más femenino, no? —Habló, a lo que lo miré algo avergonzada.

La verdad que medio que la bajó, pero traté de que no me importe y disfruté del partido el cual podríamos salir campeones finalmente. Yo quería ir a la cancha pero por como venían las cosas con mi mamá no me dio para preguntar.

Cuando terminó el partido me fui feliz a la habitación en la que me estaba quedando.

Me estaba quedando dormida viendo batallas de Trueno hasta que escucho que golpean la puerta. Me levanto a abrir y me encuentro a mi hermano.

—Vamos a comer —Me dice, a lo que asiento y bajamos los dos juntos.

Me senté en una silla libre al ver que la mesa ya estaba puesta.

El ambiente para mí era tenso. Hablaban entre ellos y, como siempre, yo estaba excluida de eso. Estaban hablando de un viaje que habían hecho los tres juntos, específicamente a Brasil. A eso me refiero cuando hablo de que no me siento parte de su familia.


𝐒𝐡𝐢𝐟𝐭𝐢𝐧𝐠 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora