Tercera Guerra Mundial, los estragos de la guerra dejaron un mundo destruido, sin recursos y lleno de enfermedades. España dejó de ser un país democrático y pasó a ser un país liderado por los militares y su presidente. España dejó de llamarse así p...
Luz lo supo nada más cruzar las puertas. Algo iba mal.
Comenzó a adentrarse en el lugar y sintió las miradas en ella, los pequeños murmullos. Algo iba muy mal. Entonces la vio, Sara tenía la cara seria, estaba mordiéndose las uñas, por lo que algo le preocupaba bastante.
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-¿Qué ha pasado? -dijo Luz sin entretenerse en saludos
-Lo hicieron hoy, los Riojanos convencieron a los más impulsivos y se los llevaron con ellos
Luz cerró los ojos, se aferró con fuerza a la mesa intentando calmar su temperamento
-¿Cuántas bajas?
-Siete
-¡Joder! -Luz dio un puñetazo a la mesa
-Pero hay algo más... -Un grito asustado llegó de una de las habitaciones-. Han traído un rehén
-¡Tienes que estar de broma!
Luz se echó la capucha por la cabeza y tapó su boca, dejando únicamente visibles sus ojos. Sin pensárselo dos veces entró en la habitación, era una habitación vacía, con apenas un colchón en el suelo. Lo que vio al entrar le dio repugnancia en más de un sentido. Los Riojanos eran dos hermanos que se dedicaban a extorsionar a las personas, dos matones, que podrían ser perfectamente de la edad del padre de Luz. Uno de ellos agarraba las muñecas de una joven rubia que forcejeaba, mientras el otro estaba comenzando a desvestirla. Las ropas de la chica y su pelo liso perfectamente peinado, aunque ahora algo alborotado, indicaban claramente que se trataba de una chica del sector uno. La hija de alguien importante, como todos los que vivían en el otro lado de la valla
-Suéltala ahora mismo -dijo Luz apuntando con una pistola al mayor de los Riojanos
-Es una puta del sector 1
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-Y mis balas matan igual de bien que las de ese sector, ¿quieres comprobarlo? -dijo Luz con el dedo en el gatillo
-Vas a tener que matarla, ¿qué más te da que nos divirtamos antes? -preguntó el menor de los Riojanos
Luz dio un paso atrás cuando los hermanos se pusieron en pie, echaron una mirada más a la joven que acababa de hacerse un ovillo contra la pared, Luz no la miró, su mirada seguía fija en cada movimiento de aquellos dos hombres hasta que salieron de la habitación.
