Capítulo 5

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Luz salió de la habitación, todos la miraron expectantes

-No es el virus -dijo Luz seria

Daniela que estaba sentada en el suelo junto a la mujer rubia que se había enterado que se llamaba Silvia y Jon, se levantó

-Ahora no -dijo una chica agarrando a Daniela por el hombro e impidiéndole levantarse

-¿Perdón? -preguntó Daniela mirando a aquella chica, tendría su edad, quizás un poco más joven, sus ojos eran verdes, que hubiera sido preciosos de no ser por la dureza de su mirada

-No sé qué haces aquí, pero Luz necesita ahora un respiro y no cuidar de ti

-Acaba de decir que no es el virus

-Sí, pero sigue teniendo una mujer embarazada muriéndose y ninguna medicina para salvarla

-Hay siete enfermos -comentó Jon-, o usa la medicina y salva la vida de la mujer y el niño, o salva a los otros siete...

-Pero no puede tomar esa decisión, está decidiendo sobre la vida de unas personas... es como...

-Jugar a ser Dios -respondió la chica de ojos verdes

-¿Entiendes por qué todos la siguen? Nadie quiere tomar esa decisión, ella carga con los muertos para que los demás no tengamos que hacerlo -dijo Silvia acercándose a Luz

Daniela observó los hombros hundidos de Luz, como de repente parecía mucho más cansada, Silvia la abrazó. A los pocos minutos Luz se separó y asintió, su rostro cambió, comenzó a dar órdenes y todos los presentes las obedecieron sin protestar.

-Déjame ayudar en algo -pidió Daniela acercándose a Luz cuando la chica de ojos verdes se había ido

-Que alguien te ayude, necesito agua y toallas

Daniela llegó ayudada por Jon, llevó un barreño al cuarto, lo puso sobre una mesa, mojó una toalla y se la pasó a Luz que comenzó a ponérsela por la cara a la mujer

Daniela llegó ayudada por Jon, llevó un barreño al cuarto, lo puso sobre una mesa, mojó una toalla y se la pasó a Luz que comenzó a ponérsela por la cara a la mujer

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-Su camión sale en una hora -dijo la chica de ojos verdes entrando en la habitación

-Estando así no puede ir a ninguna parte, morirá antes de llegar -Silvia entró en la habitación-. ¿Lo encontraste?

-Lo siento, no hay más -dijo Silvia negando con la cabeza

-Luz... -dijo la enferma

-Estoy aquí -dijo Luz poniendo la toalla húmeda en su frente-, estamos haciendo todo lo posible...

-Sálvalo a él...

-Intentaremos salvaros a ambos...

-Sabes que no puedes... cuida de él... -la mujer cerró los ojos

-¡Mierda! -dijo Luz tomándole el pulso-. No podemos esperar más, Silvia por favor

Luz se lavó las manos, cogió un bisturí y lo empapó en alcohol

Me lo juego todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora