Capítulo 21

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Luz paró la ambulancia cuando no pudo avanzar más por culpa de las manifestaciones que había, salió de la ambulancia y corrió hacia dos jóvenes que estaban en cabeza, Sara y Julio, éstos la abrazaron felices

-Tu madre nos dijo... -Sara miraba a Luz como si se tratara de un fantasma

-Es una larga historia -dijo Luz mirando a su mejor amiga-. ¿Estás bien?

-Sí, el niño rico nos dejó la medicación necesaria, aunque debo darte las gracias, sin ti no podría haber sobrevivido -dijo Sara con una sonrisa agradecida

-No tienes que agradecer nada

-¡Luz! -Emilia se abrió paso entre todos los manifestantes y la abrazó con fuerza, mirándola de arriba a abajo, temiendo que en cualquier instante se desvaneciera entre sus brazos-. Daniela me dijo...

-Ella lo pensaba de verdad, el Ministro fingió mi muerte, Alma sabía lo de mi sangre, no me hubiera dejado ir si supiera que estoy viva -comentó Luz girándose viendo como Daniela, Iván y Luis se acercaban a ellos

Daniela la miraba con una mezcla de emociones en el rostro, Luz vio la duda, la lucha interna entre correr hacia ella o permanecer donde estaba, Luz no fue tan considerada, soltó a su madre y corrió hacia Daniela, agarró su rostro y la besó, sin importarle que su padre estuviera allí y que quizás no estuviera de acuerdo con aquella relación. No le importaba, nada le importaba más que besar aquellos labios, abrazar su cuerpo, sentirla junto a ella una vez más.

-Creí que... Nunca vuelvas a hacer algo así -dijo Daniela juntando su frente a la de Luz-. Te amo, Luz. Te amo muchísimo, temí que nunca te lo pudiera decir. He sido una idiota por tardar tanto tiempo en decirlo, porque estoy enamorada de ti desde el primer día que te vi

-¿Desde el primer día? -Luz le dedicó una sonrisa coqueta recordando que la primera vez que se vieron ella estaba secuestrada

-Sí, no importan las circunstancias, a tu lado siempre he sabido que estaría a salvo -Daniela volvió a besar a Luz-. Siempre he sabido que tú ibas a cuidarme

-Siento interrumpir esta emotiva declaración -dijo Iván-, pero me gustaría ver a Manuela, ¿ella y mi hijo están bien?

Todos se pusieron en marcha, el Ministro con una gorra para intentar pasar desapercibido por si algún guardia lo veía. Luz y Daniela corrían de la mano dada, ahora que estaban juntas no querían volver a separarse. Todos llegaron a la base secreta donde Luz y los de la revolución se escondían, allí había muchas más personas que de costumbre. Jon corrió a abrazar a Luz nada más la vio, abrazó también a Daniela.

-Tu madre ha estado operando aquí los últimos días, todos los que están aquí están preparados para pasar a la acción -informó Jon

-¡Manuela! -gritó Iván separándose de los demás y yendo a por la mujer que amaba, a la que abrazó y besó, revisando que estuviera bien, por suerte, no parecía haber señales del contagio.

-¿Dónde está Julia? -preguntó Luz al no ver a su hermana-. ¿Y Marta?

-Se han llevado a Marta, estábamos ideando un plan para recuperarla, a ella y a los demás niños. De Julia... -Emilia intentó que no le temblara la voz, aunque su rostro era el de alguien preocupado-, no sabemos nada de tu hermana

-Podemos salir a buscarla -se ofreció Jon

-No, ahora debemos ceñirnos al plan, cada vez hay más guardias, Julia sabe donde encontrarnos... -dijo Luz sintiendo el miedo en su piel

-No estás sola... -dijo Daniela en su oído

-¿Estás segura? Lo que vamos a hacer es peligroso, no puedo garantizar tu seguridad, ni la tuya ni la de nadie -dijo Luz con temor en su voz

Me lo juego todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora