Capítulo 10

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Luz llegó junto a su familia, a excepción de su madre, a casa de los Covarrubias, lo que más le llamó la atención era la tensión que todos tenían

-Ha pasado algo -comentó Luz

-¿No os habéis enterado? -preguntó Manuela en voz baja-. Álvaro Maiztegui, el ministro de interior ha muerto, era el mejor amigo del señor

-Deberías cambiarte -dijo Rosa entrando en la cocina al ver a Hugo-. El señor quiere salir

-Iré a por Sergio

-Luz, estás aquí -el Ministro entró en la cocina-. Acompáñame a mi despacho, Sara, tú también. Hugo, prepara el coche, salimos en cinco minutos

Hugo se fue rápido para cambiarse, mientras las dos mujeres seguían al Ministro

-Sara, ¿podría encargarse usted hoy de Sergio?

-Claro señor -Julia miró a su hermana

-Gracias, por favor, déjeme a solas con su hermana, cierre al salir

-¿He hecho algo mal señor? -preguntó Luz confusa, no creía haber tenido ningún problema cuidando de Sergio, al contrario, el niño parecía encantado con ella. ¿Quizás era cosa de Daniela? ¿Era posible que ella le hubiera pedido a su padre que la despidiera? Aún peor..., ¿era posible que Daniela le hubiera contado todo a su padre?

-No sé si se habrá enterado, pero el Ministro del Interior ha muerto -dijo el Ministro-. Álvaro era un gran amigo de la familia, era como mi hermano

-Nos acabamos de enterar señor, lo siento mucho -dijo Luz sin entender por qué le estaba contando aquello

-Mira Luz, no sé muy bien la relación que tienes con Daniela, a veces parece que os odiáis y otras es como si os pudierais comunicar solo con la mirada -dijo Luis-. Siempre he confiado en mi hija, en que es una buena mujer y no voy a meterme en su vida, pero sé que la depresión que tuvo hace una semana fue porque te creía muerta, me costó darme cuenta, pero esa pronta recuperación cuando te vio me lo confirmó

-No sé a dónde quiere llegar señor... -dijo Luz-. Si insinúa que Daniela y yo tenemos algún tipo de relación no es así

-¿Pero te gustaría tenerla? -el Ministro observó a Luz

-Sé dónde está mi lugar señor, soy del sector dos y Daniela...

-Eso son tonterías -la cortó Luis-. Si dos personas se quieren, ¿qué más da cual sea su lugar en la valla? De todas formas, como te he dicho, no voy a meterme en la vida de mi hija

-Sigo sin comprender... ¿qué desea de mí, señor? -Luz cada vez estaba más confusa, pero aquel hombre acababa de desarmarla, esperaba una charla clasista para decirle que no se acercara a su hija, pero por el contrario, parecía como si la estuviera animando a seguir intentándolo

-Álvaro era como un segundo padre para Daniela, siempre la ha querido como una hija, no quiero que vuelva a caer en aquella depresión, me gustaría que hoy estuvieras con ella... como su amiga, que pueda desahogarse

-¿Quiere que haga de niñera de Daniela?

-Quiero que solo estés pendiente de ella, yo tengo que salir, su madre tiene una reunión, y bueno, con Iván nunca se puede contar, quiero que hoy no esté sola, ¿es mucho pedir?

-No señor, estaré pendiente

-Gracias -dijo el Ministro recogiendo sus cosas y dando por finalizada la conversación

Luz salió del despacho, vio a Julia esperándola en las escaleras, se acercó a ella

-¿Qué ha pasado? -preguntó su hermana preocupada

Me lo juego todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora