Capítulo 19

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Luz entró en la habitación de Iván, vio al Ministro y a su mujer con batas y mascarillas quirúrgicas, la cama de Iván estaba rodeada de plástico para evitar que el virus saliera del lugar. La máquina a la que estaba conectado el hermano de Daniela mostraba las constantes, estaba débil, Daniela tenía razón, moriría dentro de poco.

-No deberías estar aquí -dijo Luis Covarrubias al verla

-¡Vete de aquí! -gritó Alma

Luz no hizo caso a ninguno de los dos, seguía mirando a Iván

-¿Puedo confiar en usted? -preguntó Luz mirando al Ministro por primera vez

-Luz, este no es un buen momento...

-Si no sale bien... dígale a mi madre que lo siento... y no deje que ELLA se acerque -dijo esperando que entendiera el porqué enfatizó la palabra ella. Después miró a Alma-. Tengo la misma sangre de mi sobrina

-No es posible... -dijo Alma mirándola asombrada

-¿A qué se refiere? -preguntó Luis

-Ella puede salvar a Iván -dijo Alma agarrando a Luz y metiéndola detrás de la cortina sin ningún tipo de protección

-¡Alma! ¿Qué estás haciendo? -gritó el Ministro

Luz remangó su brazo, sabiendo que aquella mujer la mataría sin dudarlo por salvar a su hijo, se recordó que lo hacía por Iván y por Daniela, así que dejó que le inyectara una aguja que iba directamente a Iván, estaba transfiriendo su sangre directamente.

-¡Luz! -Daniela entró en la habitación al escuchar los gritos, lo último que esperaba ver era a Luz allí, estaba sin protección, Luz le decidió una sonrisa

"Yo siempre haré lo posible por aliviar tu dolor", las palabras que Luz le había dicho hacía unos segundos cobraban sentido. ¿Pero por qué hacer eso? ¿Por qué sacrificarse así? ¿Por qué morir junto a su hermano? ¿Por qué sus padres lo permitían?

-¡Sácala de ahí! -gritó Daniela a su madre mientras su padre la agarraba impidiendo que se acercara más

Pero Daniela forcejeaba, intentaba cruzar el plástico que la separaba de Luz, no podía quedarse a verla morir.

-¡Pija! -dijo Luz mirándola, Daniela se quedó quieta al instante mirándola con lágrimas en los ojos-. Necesito que confíes en mí... sal de aquí, en esta ocasión no puedo protegerte, no puedo cuidar de Iván y de ti.

-¡Sal de ahí! Luz, maldita sea, ¡vas a enfermarte!

-No lo haré... tienes mi palabra -dijo Luz segura, aunque no lo estuviera al cien por ciento-. Vete a descansar, hazle caso a tu padre

-Luz yo te...

-No lo digas... -dijo Luz con una sonrisa triste

-¿Lo amas más a él que a mi? -Daniela sintió una presión en el pecho

-No seas idiota princesita -Luz se acercó a la parte que las separaban puso la mano abierta en el plástico-. Eres la única persona a la que he amado y la única a la que amaré

-¿Entonces por qué no me dejas que lo diga? -preguntó Daniela poniendo su mano sobre la de Luz

-Porque quiero poder besarte cuando lo digas -Luz sonrió con tristeza-. Perdóname...

-¿Por q...? -Daniela abrió los ojos sorprendida cuando sintió un pinchazo en su cuello, sus ojos se cerraron lentamente.

Luis Covarrubias cogió en brazos a su hija, miró a Luz que asintió. Luis se llevó a su hija mientras Luz se tumbaba en la cama al lado de Iván.

Me lo juego todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora