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Capítulo 13_ Con un poco de paciencia.

Debo admitir que aunque el nombre del restaurante es un poco raro, su interior es algo bastante impresionante, la decoración grita lujo por todas partes.

Tengo entendido que el dueño es alemán (sino, no tengo idea de donde salió semejante nombre), pero debo admitir que si tiene esa elegancia que derrochan los alemanes.

El hostess nos recibe con gran cortesía, y saluda a mi padre con la naturalidad de alguien que está acostumbrado a ello, nos hace pasar a nuestra mesa, donde Helen e Isabella esperan por nosotros.

La sonrisa de Isa me ratifica una vez más que no existen sentimientos de odio o rencor entre nosotras, no habría porqué, ni ella ni yo tenemos la culpa de los posibles errores de mi padre, no existen ni existirán malos entendidos ni malas miradas, Isa es algo así como la persona calmada del mundo , hasta el día de hoy sigo buscando por una persona igual de genial, divertida y comprensiva que ella.

Luego de haber hecho los saludos pertinentes y de haber recibido un cálido abrazo de Isa, tomamos asiento, nos es entregada la carta y con ayuda de mi padre decido mi pedido.

Nunca entenderé esa necesidad de poner nombres extraños y refinados, pero creo que es compresible hasta un punto.

Un poco cohibida porque este no suele ser mi tipo de ambiente, miro a mis alrededores y mis ojos captan gente que ni siquiera come, solo se dedican a criticar la ropa o los modales de los demás.

La alta sociedad es un lugar en el que nunca encajaré, ni siquiera mi padre o Isabella, ellos repudian todas esas actitudes bastante inmorales.

Por otra parte la mayoría de mis primas, tías y mi propia abuela, son partícipes del teatro mejor montado de sus vidas.

Una infidelidad no es bien vista, a menos, claro está, que la cometa un hombre.

Mi padre odia a la mayoría de los socios de su bufette de abogados ya que lo idolatran por tener una hija fuera del matrimonio, hacerla pública, y que además, no exista ese tipo de dramas entre su esposa y la mujer de su hija “bastarda”.

De hecho la relación de ellas dos es bastante normal y decente dentro de lo socialmente correcto.

No fue como que mis padres tuvieron un rollo eterno, no, nunca fue así, siempre quedó claro que fue algo de una noche que se les salió de las manos.

De pronto siento una mano sobre la mía y miro hacia su dueña... Isabella.

—Cariño estoy muy feliz de que Helen y tú ya estén en buenos términos —Me dice.

—Creo que nosotras también ISA.—Le digo —Incluso ya hasta hemos sido compañeras de fechorías.

Helen se ríe y mi padre nos mira inquisitivo.

—Esto solo se puede tratar de chicos—Se lamenta mi padre— Ya estamos en ese punto ¿verdad?

—Tranquilo padre, solo nos ayudábamos con algunos cabos sueltos.—La mirada de Helen me hace saber claramente que se refería a Chris cuando me dijo una frase similar en el karaoke.

—Si padre, algunos cabos sueltos y algunos últimos errores, la verdad fue una noche divertida, en especial el último error, me cayó genial. —Si Helen James, ambas podemos jugar este juego.

This TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora