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 ╰►LOS viajes largos son agotadores, es una de las cosas que más odio. Sentarme en el metro con una maleta a mi lado, con los cascos puestos, sin poder estar en mi mundo, y jamás poder cerrar los ojos y relajarme, porque sé que si me descuido, mis cosas ya no estarán allí cuando los abriese. Corro el riesgo de perder mis «amadas» pertenencias.

Y por qué cuando viajo a la ciudad, es porque algo va mal del lugar de donde soy. Algo pasa en mí. El billete para venir es muy caro, y solo me lo puedo permitir en verano, pero esta vez vendría también en invierno.

Amo estar con mi prima Hange. Ella me hace despejar la mente y en muchas ocasiones «por no decir que siempre» a sabido sacarme una sonrisa en mis mejores y sobre todo peores momentos. Pero esta vez no seríamos ella y yo, al parecer mi tía me comento que ahora vive con su novio, y que ya no sería lo mismo.

Hablando de ella... Me está llamando.

Desconecto mis cascos y descuelgo.

—¿Sí?

¡Prima! ¿Cuánto te queda para llegar?

—Mmm... No sé, tal vez, una hora y media, o dos. Hace poco me subí. —miro hacia arriba. Me monto en la primera parada y me bajo en la última.

Estoy tan emocionada, tengo muchas ganas de verte. —una sonrisa a medias aparece en mi rostro.

—Y yo Hange, no sabes cuantas. —se me hace un nudo en la garganta.

Durante el año no puedo ir a verla por la distancia que hay entre mi pueblo y la ciudad. Es doloroso no poder ver a quien más quieres por culpa de la distancia que hay entre nuestros hogares.

No llores prima, pronto estarás aquí a mi lado, muy pronto. Más de lo que piensas.Tengo que presentarte a Erwin, está conmigo aquí en el coche, muerto de nervios.

Escuché una segunda risa.

—Seguro me caerá bien, mientras te trate bien...

Me trata como una princesa rebelde, tiene mucha paciencia. —suelto una pequeña risa.

Hange podía ser muy extrovertida y habladora, debías tener calma para que no te diese dolor de cabeza. Yo la amaba, y al ser de mi familia ya estaba acostumbrada.

Bostezo mientras miró a mi alrededor. Casi nadie sube al metro tan de madrugada, cosa que me extraña por qué la gente suele levantarse para ir a trabajar.

—Te dejo Hange, quiero descansar y llegar bien a la ciudad.  Ya sabes con las ganas de dormir...

Mi madre me ha dicho que ha pasado algo, cuéntamelo cuando estés lista, ¿vale? Ya sabes que aquí no tienes presión alguna. Sé que ahora mismo lo último que quieres es recordar aquello, pero quería recordártelo para que no te sientas presionada.

enchanted to meet you - levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora