Necesitaba un respiro, descansar mi mente, quería que mi cerebro dejara de funcionar un tiempo, descansar. Pero llego él, y me hizo olvidarme de mis preocupaciones. Era lo opuesto a mí, y de hecho hacía que lo odiase por su personalidad, pero cada v...
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╰►ESTAR en el mismo coche que Hange cuando está enfadada contigo es realmente incómodo, no os hacéis una idea de lo tenso que está el ambiente. Esta conduce con una velocidad más de lo que se está permitida.
Alzó mi dedo para encender la radio.
En esta se reproduce ❝Perfect❞ de ❝ One direction❞. Tarareo contenta. Cuando ella se da cuenta de eso, apaga la radio.
-¡Eh! -me quejo con mala cara.
-¡No pondrás música hasta que me cuentes tu primera vez teniendo sexo con alguien! Yo te conté la mía, hicimos un pacto. -me mira de reojo indignada.
-Hange, no me hagas esto... -no dice nada. -¿Vas a ignorarme? -silencio.
Cuando voy a abrir la boca para contarle, para en una esquina y me cubre la boca con una de sus manos. -¿Ibas a contármelo? -asiento lentamente y con el ceño fruncido.
-No deberías hacerlo. -aparta su mano de la boca.
-Pero si estabas enfadada por qué no te lo contaba... -Hange iba a volverme loca.
-Cuando una persona se enfada contigo por qué no le quieres contar algo, no tiene derecho a enfadarse. ¡Debe respetar tu privacidad! Y tus decisiones, sobre todo. -siento como mi corazón se ablanda. -Es tu vida, tú decides a quien contarle que cosa, y como hacer o que hacer con quien, ¿entiendes? -asiento sorprendida.
Recuerdo como mis amigas se enfadaban conmigo por situaciones parecidas, el cómo me ignoraban o abandonaban, por qué no cedía a lo que ellas querían. El cómo me miraban mal cuando yo no estaba de acuerdo en algo, o no quería hacer lo mismo que ellas. Era una vida que no me gustaba, y no estaba tomando las riendas de mi vida, lo hacían ellas. Y Hange, por fin, acababa de hacerme dar cuenta de que yo soy quien manda en esta vida, por qué es completamente mía.
Se aparta de mí, enciende el coche y le da al botón de la música. La canción ya está acabando cuando paramos en la casa de Nanaba.
Ella sale con un vestido verde prado adornado de flores de color blancas y pequeñas, le queda genial. Es largo hasta un poco más arriba delos tobillos, y tiene una abertura en la parte izquierda, pero apenas y se nota. De calzado lleva unos zapatos blancos con algo de tacón.
-¡Holaa! Qué guapas vais. -nosotras sonreímos de manera pícara.
-¿Y tú, qué, eh? Pareces una modelo. -le alago yo.
-Soy Mike, y apenas te dejo caminar. -las tres carcajeamos.
Se sube en la parte de atrás y llama a Petra para que vaya bajando de casa.
-Petra vive un poco más lejos, en el apartamento de Rivaille. -dice Hange concentrada en conducir.
-Si bueno, según Petra parece más de ella por qué él apenas y aparece ya por allí. -dice la rubia con un tono algo enfadado.
