Necesitaba un respiro, descansar mi mente, quería que mi cerebro dejara de funcionar un tiempo, descansar. Pero llego él, y me hizo olvidarme de mis preocupaciones. Era lo opuesto a mí, y de hecho hacía que lo odiase por su personalidad, pero cada v...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
——————— ❆ ———————
╰►EL bus para en una parada, hay errores de motores.
El conductor lleva media hora intentando arreglar el fallo, pero no parece que el bus se vaya a poner en marcha.
Algunos pasajeros cogen sus cosas y bajan fastidiados con algunas reclamaciones de regalo, hacia el bus y el conductor.
Yo acabo haciendo lo mismo, pero sin decir nada, pobre conductor, él no tiene la culpa.
Camino hasta casa y el que me abre es Armin. —¡He leído el grupo! Tienes que contármelo todo. —dice muy emocionado.
—Tranquilo, tenemos rato. Levi me ha dicho que termina de trabajar a las seis y media, así que vendrá a buscarme sobre las siete. —nos sentamos en el sofá, al lado de un Eren con tremenda resaca.
—Hola hermanito. —me acerco a su rostro y le doy un beso en la mejilla aunque me alejo enseguida por el fuerte olor que expande.
Que peste.
—Hola... —dice agarrándose la cabeza con sus manos.
Parece muy adolorido. —No quiero ni preguntar.
—Mejor, no lo hagas... —dice Armin.
Entonces me acribilla a preguntas, como, donde, cuando, emociones, sentimientos, tensión, momentos, ...
Yo se lo cuento todo, sin saltarme nada.
Me escucha atentamente, incluso mi hermano. —A ese lo quiero conocer yo también. Traelo mañana. —dice mientras se toma el zumo de verduras que le enseñe a a hacer para la resaca.
El rato transcurre divertido, pero desgraciadamente pasa muy rápido.
—¿Dónde están mis gayumbos?
—Eren, por dios, ¿no sabes donde guardas las cosas? Yo no te veo casado. —dice Armin mientras le tira unos de su cajón.
—¡Llegue anoche, y no en mis mejores sentidos!
—Pues la próxima vez aprenderás a no beber alcohol en el tren.
—Estaba con mis padres Armin, ¿tú sabes lo que es tener que aguantarlos dos horas?
—Es horrible. —afirmo.
Ellos dos siguen discutiendo mientras yo recojo mis cosas después de enviarle un mensaje a Rivaille para que pase a buscarme, Armin me para, y me hace un gesto con la mano para que le siga.
—¿Y mi cepillo de dientes? —lo ignoramos mientras Armin enciende el altavoz en la cocina.
—¡Dejadme poner mi playlist! —grita mi hermano mientras se acerca a nosotros.
—¡Vas a poner música extraña!
—Se llama drill. Pero últimamente no me va eso... —dice conectando su móvil.
