twenty-three +18

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╰►EL sonido de nuestros labios se estaba haciendo mi canción favorita. Sus labios recorriendo absolutamente todo mi cuello sin dejar ningún trozo de piel, su lengua deslizándose por mi estómago hasta llegar a mi ombligo...

Rivaille me hacía sentir querida. Y me lo demostraba de absolutamente todas las maneras posibles.

Era hora de cambiar los roles.

Lo agarré de los hombros y lo empujé a mi lado. Rodeé sus caderas con mis rodillas, sentándome en su pelvis.

Agarre los bordes de mi sudadera y me deshice de ella. Los ojos del pelinegro estaban puestos en mis pechos, pero sus manos acariciaban mi abdomen.

Me acerqué a su rostro y volví a conectar nuestras bocas. Mi lengua acarició su labio inferior y después se introdujo de manera sutil en la suya. La intensidad subía poco a poco, cada vez más sensual, más ardiente. Mordisqueé su labio inferior antes de separarme.

—Buenos días... —le susurré en el oído antes de besarla.

Sus manos fueron a mi espalda y bajaron poco a poco, hasta agarrar mi trasero y apegarme a él, dejándome sentir su erección.

Una torpe risa se hizo escuchar por toda la habitación.

Se sentó en la cama y dirigió sus manos a su camiseta de manga larga. Yo lo ayudé a librarse de ella.

No lo deje besarme, lo empuje a la cama y besé su cuello, escuchando un pequeño gruñido de satisfacción de su parte.

—Madre mía, Nuria...

Baje mis besos lentamente hasta su clavícula mientras mis manos recorren sus marcados y trabajados abdominales.

Llegue hasta el principio de su bóxer y pantalón. Lo miré desde abajo. Él me miraba con duda y tal vez algo de, ¿miedo?

Bajé sus pantalones y miré su aparato masculino por encima de su ropa interior.

Mi mano fue a ella y la acarició con suavidad. No aparté mis ojos de él.

Suspiro y echó su cabeza hacia atrás, disfrutando de mis tímidas caricias. Subí hasta él sin apartar mi mano.

Volví a atacar su cuello. Yo no era de las bruscas, no se me daba bien, yo no era así... Y él me demostraba que le gustaba tal y como soy.

—Nuria... —gimió con los ojos cerrados.

Baje el bóxer y comencé a moverlo de arriba a abajo. De forma lenta y tortuosa para él.

—Joder...

Ahora lo jalaba de adentro a fuera, de la misma manera.

Más tarde, iba dando velocidad, cada vez más y más, hasta que llegará al orgasmo y eyaculará en mi mano.

enchanted to meet you - levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora