Necesitaba un respiro, descansar mi mente, quería que mi cerebro dejara de funcionar un tiempo, descansar. Pero llego él, y me hizo olvidarme de mis preocupaciones. Era lo opuesto a mí, y de hecho hacía que lo odiase por su personalidad, pero cada v...
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╰►SIGO a las parejas con el gran carro en las manos. Petra no para de meter mucha carne, y Rivaille suele sacar algunas cosas sin que ella se da cuenta. Erwin ríe y Hange refunfuña mientras lo llama amargado.
Me siento fuera de lugar. Si Armin estuviese aquí sería distinto, habría un soltero conmigo y no estaría incómoda.
Llevo en silencio desde la pequeña discusión que tuve con Hange en el coche. He sacado el dinero del banco antes de entrar al súper.
—Voy a por helados, por si queremos algo frío de postre. —dice Hange acompañada de Petra.
Ambas parecen llevarse mejor, y eso en parte me alegra. —¿Entonces nosotros vamos a por la bebida? —pregunta el rubio.
Rivaille asiente y yo los sigo. Saco mi móvil del bolsillo, este no para de vibrar y Erwin se da cuenta.
Apretó mi mandíbula enfadada y lo vuelvo a guardar en el bolsillo.
Pero este continúa vibrando.
—Puedes contestar, ya cojo yo el carro. —dice Rivaille mientras agarra este.
Me aguanto las ganas de mirarle mal y salgo casi corriendo del supermercado. Agarro el móvil con las manos temblorosas.
—¿Hola?
—Nuria...
Reconozco su voz. —¿Qué quieres? —pasa un rato hasta que contesta.
—Es la primera vez que me coges el móvil desde que te fuiste.
—¿Qué es lo que quieres de mí? ¿¡Es que acaso no me puedes dejar en paz!? —trato de mantener la calma.
Uno, dos, tres... —Lo siento Nuria, te prometo que no fue mi intención molestarte. Solo quería escucharte, saber que estás bien. Eres mi mejor amiga, ¿entiendes?
—No lo eres, no mientas. Si fueses mi mejor amiga... —me callo al sentir un nudo en la garganta y los ojos cristalizarme. —¡Si fueses mi mejor amiga, sabrías todo el daño que has estado causándome desde que me conociste! Y odio darme cuenta ahora, ¡te haces la que no sabe nada!
—¡Es que no entiendo nada Nuria! Se te está yendo la pinza. Vuelve a Jinae, y hablemos, ¿vale? No quiero perder tu amistad, llevamos juntas desde que tenemos dos años de edad, ¿de verdad vas a tirar todo eso por la borda? Todos nuestros momentos...
—¡Basta! ¿¡Te piensas que no sé de tu maldita manipulación!? —se calla unos segundos.
—¿Qué te asusto? ¡Es en la mierda de persona en la que me has convertido! Ojalá nunca te hubiese conocido. Seguro qué mi vida hubiese sido mejor sin ti, sin tu toxicidad... ¡Siempre he estado comiéndote el culo! Como una perra, y ahora que ya no lo hago, debes mentir sobre mí a toda la gente de nuestro alrededor. Gente que no me conoce diciendo que era mala amiga, que me enfade contigo por tonterías, ¿qué tonterías? Voy a un psicólogo por tu culpa. —no puedo parar de hablar.
