Necesitaba un respiro, descansar mi mente, quería que mi cerebro dejara de funcionar un tiempo, descansar. Pero llego él, y me hizo olvidarme de mis preocupaciones. Era lo opuesto a mí, y de hecho hacía que lo odiase por su personalidad, pero cada v...
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╰►—¿QUÉ me pongo? No encuentro nada que me guste para la ocasión... —digo mirándome en el espejo.
Actualmente, llevaba un vestido rosa que me había dejado Hange, pero no encajaba con mi estilo. Rebusco entre todas las faldas y pantalones, algo que pueda conjuntar con el top negro que llevo en la mano.
—Con la cantidad de ropa que tienes y no encuentras nada... —dice Hange mientras le pasa un pañuelo a Armin.
—Le vas a gustar a Rivaille con cualquier cosa, eres hermosa Nuria, no te preocupes tampoco por tu aspecto, por qué debe amar también tus complejos. Tal como eres. Además, lo importante es el interior, el cómo eres, tus gustos y opiniones... El exterior no importa.
—Gracias Armin. —me acerco a él y lo abrazo. Lo escucho estornudar, pero no me importa.
—Yo digo que le gustas con o sin ropa. —Armin le da un codazo poco disimulado.
—Hazle caso a Armin, yo esto haciendo el 100 baby challenge en los Sims 4. —dice pegando sus ojos al portátil. —Además, tiene razón, lo importante es el interior, si tiene buenos órganos para venderlos en la Depp Web... —Armin agarra un cojín y la golpea.
—¡Auch! ¡Armin! ¿Así respetas a tus mayores?
Escarbo entre todo el montón de ropa y encuentro un mono negro de tirantes y pantalón corto, se abrocha detrás con una cremallera, parece elegante y sexy.
—¿Y esto? —ambos miran el vestido.
—Pero si esto es pequeño, ¿segura de que te va? —no respondo y voy al baño a ponérmelo.
No me cuesta nada ponérmelo. Decido ponerme unas medias negras debajo. El mono tiene un escote cuadrado, no se me ve mucho el pecho, pero me hace algo de volumen. ¿Y si piensa que quiero enseñarle las tetas? Es ropa, no significa nada, ¿verdad?
Voy a pedir opinión.
Salgo del baño y vuelvo a mi cuarto.
—Wow. —dice Armin con las mejillas sonrosadas.
Hange aparta sus ojos del portátil y me mira con los ojos abiertos. — Sí... Wow. —me miro de nuevo en el espejo.
—¿Se ve bien? —ellos asienten.
—¿No se me notan mucho las tetas? No quiero que piense que me lo quiero follar. —señalo mi pecho que parece aumentado.
Tampoco tengo muchas, pero no tengo pocas tampoco.
—¿Y el culo? ¿Lo tengo bien, no? —me miro este a través del espejo.
—¿A caso es mentira que te lo quieras follar? —bromea Hange entre risas.
—¡Hange! —regaña Armin. —Estás preciosa Nuria, y tu vestimenta no significa nada.
Sonrío y me pongo unos mocasines que me regalo Eren por mi cumpleaños y por último, mi abrigo negro de siempre.
