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A pesar de que su cuerpo tiembla, a pesar de que sus piernas se rehúsan a pararse, a pesar de ya no tener un núcleo dorado, fuente de su poder, Wei Wuxian lucha para no morir, aún no desea morir, no ahora, no cuando había pasado por muchas cosas para sobrevivir, no cuando sus compañeros se sacrificaron por él, no cuando aún recuerda la mirada de Yu ZiYuan, no cuando aún debía de ir hacia Jiang Cheng y decirle las palabras que le dijo Yu ZiYuan antes de morir. Debía de ir a Recesos de las Nubes, allí encontraría a Jiang Cheng.

Tirado en el suelo rocoso, donde la vida en verde no era más que hojas secas y troncos muertos. La oscuridad lo envuelve, Wei Wuxian sabe que no solo es la oscuridad de la noche, también la oscuridad de la energía resentida que envuelve su cuerpo, siente una aura oscura sobre su espalda, impidiéndole escapar. Sus pies son sujetados por unas manos con dedos huesudos. Su oído se adormece, sólo escucha un sumbido, luego unas carcajadas, seguido por voces que desconoce, todas esas voces lo insultan, le recuerdan lo sucedido en Muelle de Loto, el rostro de los asesinos de su secta. El odio y resentimiento se aglomera en su corazón y mente. El deseo de venganza es exquisito. Aquellas manos huesudas suben hasta su pantorrilla. En su mente ve a Wen Chao con una sonrisa de superioridad y burla. Gruñe al querer borrar su sonrisa, quitarle tanto como él le quitó.

Escucha el susurro en su oído, lo cual estremece su cuerpo y congela su sangre. Niega repetidas veces, trata de tapar sus oídos, aun así, las voces no se detienen. Wei Wuxian se resiste a los sentimientos negativos que se mantuvieron ocultos muy al fondo de su corazón, que se negaban a salir, porque si lo hacía, Wei Wuxian sabía que la energía resentida que arremete contra su cuerpo aprovechará tal oportunidad para hacerlo caer. Las manos huesudas suben hasta su cadera, en donde es sujetado con tanta firmeza que moretones en forma de dedos se quedarían grabados en su piel.

__ ¡Debes matarlos!

Deben de morir...

__ ¡Eres débil, necesitas de nosotros para vivir!

Wei Wuxian sabe que es débil, sabe que sí logra salir de allí no podría hacer nada para conseguir su venganza deseada. Ahora no era nada más que un simple humano en la tierra, sin un núcleo que le brindara de su poder, eso significaba que dependía de otros si quería vivir. Aquella voces no cesan, insisten, lo tientan a no poner resistencia, a recordar los malos momentos por la que tuvo que pasar por culpa de los Wen. Ellos deben de morir, para eso, necesitaba tanto poder para lograrlo, ser tan fuerte que nadie fuera capaz de retarlo ni con la mirada.

__ Nos necesitas...

La mano huesuda llega hasta su hombro, ahí se detiene, con el rostro cerca a su cuello. Los necesita, necesita de la energía resentida para vengar a las personas que murieron por él. Wei Wuxian cede después de tanto luchar, sabe que es imposible seguir luchando, por lo tanto, es mejor aceptar su destino. Siente la energía resentida desplazarse por sus canales por donde anteriormente la energía espiritual fluía.

Entonces, Wei Wuxian siente un dolor en su pecho, un dolor que se asemejaba cuando tu núcleo es destruido, sin embargo, aquel intenso dolor era como si te arrebataran la vida en un parpadeo. Mordió sus labios con las pocas fuerzas que conservaba, aún así, tal fuerza fue sufiente para lastimar a profundo sus labios ensangrentados. Lo que le arrebataban no era su vida, pero sí la existencia de su espíritu animal que se suponía que él portaba. Aquellos espíritus malignos le estaban arrebatando su casta y espíritu animal a cambio de poder que se filtraba por sus canales de Qi hasta aglomerarse en el interior de su pecho, como un núcleo dorado que resplandecía luz, pero en este caso, era un núcleo oscuro creado por la energía resentida.

Descendiente De La Fuerza Y Pureza | XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora