Descendiente De La Fuerza Y Pureza | Xicheng

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Lan Xichen deslizó su pincel sobre el papel tendido en su escritorio. En momentos, se detenía a pensar con lo párpados cerrados, concentrado en la imagen mental de Jiang Cheng, plasmando de por vida cada facción de su rostro, de lo habitual moño en su cabello y su simple sonrisa que no llegaba a ser tan grande y deslumbrante, era una sonrisa que transmitía calma. Una sonrisa que ama. Lan Xichen sabe que es absurdo tener miedo a olvidar el rostro de su Omega, pero aún así, esa mañana no evitó sentarse frente a su escritorio, dejar a un lado sus responsabilidades e iniciar con su más grande obra para calmar su corazón que moría de agonía en cada respirar.

Al terminar, contempló el retrato y sonrió satisfecho. Cuando la tinte secó, con las yemas de sus dedos acarició el rostro en el papel, con total cuidado y devoción. Cuánto daría por tenerlo a su lado, mostrarle el retrato que hizo de él, observar su expresión de sorpresa y darle un beso.

Ese día no quiso hacer nada más que observar a su amado plasmado en la inmortalidad de un papel, refugiarse en los recuerdos con Jiang Cheng. Trataría de no llorar pues ello no era una opción favorable para un líder.

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Jiang Cheng soltó un suspiro con una pesadez que fue reemplazado por alivio y un poco de tranquilidad. Apoyó su espalda en la madera del carruaje en donde yacía. Vio que cada vez se alejaban de la ciudad. Cerró sus párpados con la intención de descansar un poco, porque sabía que después de llegar a las tierras del emperador podría estar más tranquilo y quizás iniciar una nueva vida allí con una identidad diferente. El dinero que le dio Wen Qing lo gastó en alimentos que compró para todo el viaje y el pago para ser transportado. Y aunque fue peligroso llegar a una ciudad por la cantidad de Wen que rondaban, lo hizo.

Tenía la opción de ir de regreso a GusuLan, pero el camino era peligroso, además, si los Wen se enteraban que había regresado allí, Wen Xu haría lo posible de tenerlo de nuevo en su mano, lo cual consistía a que GusuLan sea víctima de un segundo ataque. Jiang Cheng no permitiría que por segunda vez, la gente de su Alfa corriera peligro. Por lo tanto, esta decisión era lo mejor para los involucrados. También, el regresar a GusuLan le daba un mal sabor de boca, un sabor agrio que le hacía fruncir sus cejas en desagradó y asco. No podía olvidar de lo que vivió en Qishan Wen, no cuando su cuerpo aún tenía marcas que dejó Wen Xu en él, incluso esa horribles cicatrices en su pecho que quedarían de por vida. Aún si los moretones desaparecían, Jiang Cheng no podía olvidar cada momento por lo que pasó. Si el mismo se tenía asco ¿Qué pensaría Lan Xichen al notar las marcas de otro Alfa? Lo más seguro era que también sintiera asco, repulsión cuando lo mirase. Jiang Cheng no quería someterse a tal humillación y desilusión.

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El líder de la secta Jiang está vivo.

Lan Xichen esperó desde la entrada de Recesos de las Nubes la llegada del líder Jiang. Su tío, quien estaba a su lado permitió el ingreso de los recién llegados. Jiang FengMian lucía más delgado, con las túnicas algo sucias pero aún conservando su orgullo de líder al mantener el mentón elevado. Todos se inclinaron por respeto. Los discípulos que seguían a líder Jiang lucían más demacrados pero al ser discípulos mayores se mantenían urgidos al igual que su líder. Los aposentos que ocuparían los Jiang fueron preparadas con anticipación al recibir el mensaje de Wangji de que habían encontrado al líder Jiang y algunos discípulos vivos. Lan Xichen creyó que lo mejor es que los sobrevivientes fueran a descansar para luego reunirse y conversar por si hubiese una información importante. Los Jiang estuvieron de acuerdo.