La pesadez se siente en aire, ya sea por las feromonas reacias que irritaba sus olfatos o por las miradas de aborrecimiento que se dedicaban. Ambos se mantuvieron en alerta, uno más confiando de su poder y el otro más sutil. Jiang Cheng sujeta firmemente a Sandu en su mano izquierda mientras que opta una postura de defensa, porque bien sabía que el primero que atacaría sería Wen Xu. Por primera vez en todos sus encuentros, esto sería un encuentro justo, uno que Jiang Cheng había ansiado durante todo su entrenamiento para fortalecerse y cumplir con su objetivo de vengarse de quienes le habían causado tanto dolor.
Los recuerdos de un pasado humillante generan asco a Jiang Cheng, repugnancia ante el sabor agrio en su paladar. Su mente detalla cada cicatriz en su piel, cada parte en dónde había sido mancillado sin su consentimiento, recuerda su sangre aún fresca entre sus muslos, la debilidad de sus extremidades y su vulnerabilidad en una cuna de depredadores. Recuerda sus sonrisas de burla, se recuerda tirado en un suelo sucio medio moribundo, deseando como una salida a la muerte.
Su corazón enfurece.
Wen Xu no tiene una sonrisa en su rostro, es consiente de las habilidades de Jiang Cheng, por lo tanto, también desenfunda su espada preparándose para su ataque. Wen Xu deja salir un poco de aire, respira tan hondo que al dejar salir el aire por segunda vez, sus piernas se impulsan para correr a gran velocidad en dirección a Jiang Cheng quien a la vez, también imita su acción al correr a su dirección para encontrarse en medio del solitario campo.
Al estar tan cerca ambos, con un Wen Xu atacando desde arriba y un Jiang Cheng reteniendo la espada del Alfa con Sandu provocando un irritante chirrido al tener metal contra metal en contacto.
Ambos se miran con ira, sobre todo, con un odio tan puro y profundo que si fuera posible, Jiang Cheng podría matar a Wen Xu con sólo mirarlo. Había esperado tanto por este momento que no podía desperdiciar esta oportunidad para eliminar a Wen Xu, todo el entrenamiento que había recibido durante largos años no serían por gusto.
Ya había logrado vengar el nombre de su madre con la muerte de Wen Zhuliu, ahora sólo le faltaba recuperar su honor matando a la persona quien se lo arrebató, y ese era nada más que Wen Xu, una escoria más que debía de eliminar para este mundo esté en paz...
Para qué él, al fin, pueda obtener la paz que estuvo buscando para su corazón y alma.
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Descendiente De La Fuerza Y Pureza | Xicheng
Romance¿Quiénes son los cuatro Jiānhùrén? Fue la pregunta de muchos al ser la habladuría más famosa en todas las regiones de China. Chismes que buscaban manchar sus imágenes, historias discribiendoles como dioses en medio de los mortales, anécdotas de much...
