Capítulo 6

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Marcando territorio:

—¿Qué haces aquí?

—¿Así es ahora como das la bienvenida a tus visitas? ¿En dónde dejaste al hombre educado y amable que tus padres criaron? —Beryl fingió sentirse profundamente insultada.

Ok. Tal vez ésta mujer parada en su puerta a plena noche caída se había convertido en una verdadera molestia hace cuatro meses atrás, sin embargo, no dejaba de ser una dama, y por ende, Darien le debía respeto. No por nada su vida parecía estar repleta por este género.
Además, también estaba lo otro: lo había dejado de atosigar. No es que hubiera pensado demasiado en ella, sobre todo por lo de Bella, no obstante, claramente algo así no puede pasar desapercibido. Eso tenía que ser una buena señal, ¿no es así?

Darien meditó mejor sus palabras, relajó la respiración y comenzó de nuevo.

—Disculpa, Beryl. No fue mi intención ser grosero. Sólo es que me sorprendió verte aquí y a estas horas de la noche. —estaban por dar las diez con treinta minutos.

Metallia no pretendía demorarse tanto, así como tampoco visitar a su ex antes que a sus padres, pero es que en el preciso momento el auto que la había recogido del aeropuerto se descompuso apenas volvió a abordarlo saliendo de la oficina. Y cuando el uber—que no le quedó de otra solicitar—la dejara en su apartamento, le fue imposible no desear darse una ducha y arreglarse. Para cuando terminó con ello y de hacer algunas compras de último minuto, las nueve con treinta minutos estaban apunto de marcar el reloj; una hora nada decente para presentarse en la casa de los señores Shields.

—Disculpa aceptada. No me quedaré mucho. Solamente quise traer esto y a decirte que puedes contar conmigo para lo que tu pro... Tu huésped y tú necesiten. Acabo de volver de un largo viaje y ya me he enterado de lo que sucedió durante mi ausencia. —¿era lastima lo que Darien encontró en aquellos fríos ojos?

Si lo fue, le importó más el hecho de que las noticias viajaran rápido. Se suponía que entre su padre y él habían manejado el asunto lo más discreto posible. No por temor a la mala publicidad, sino, porque así era la manera de actuar de la familia. El joven abogado no entendía ese afán por llamar la atención hasta con lo más insignificante.

—¿Soy inoportuna o mi presencia te es tan repulsiva por nuestro rompimiento que ni siquiera me ofrecerás pasar? —su máscara de fingida inocencia se habría venido abajo de no ser porque Darien enseguida se hizo a un lado. Parecía más distraído que impresionado. ¿Se debería a la amnesica?

—Gracias, querido. —le fue imposible no volverlo a llamar con este apelativo.

Aunque aparentemente no le importó, porque balanceando las caderas cual sirena en el mar se adentró hasta a mitad de la habitación perfectamente iluminada. Mirando a todos lados como si hubiese olvidado cómo solía ser la casa de su ex. ¿O más bien buscaba a esa otra mujer?
Como haya sido, Darien no pensó en ello. Más le interesaba saber quién habría sido el responsable de dar el chivatazo y en despachar lo antes posible a su ex. No quería ser descortés pero, todavía no se sentía cómodo teniéndola cerca. Cualquier malentendido y Beryl podría llegar a creer que sus sentimientos hacia él, si aún existían, eran correspondidos.

—Llamaré a Luna para que te traiga algo de beber. —una chaperona era lo mejor en estos casos. Eso es lo que Luna siempre solía decirle cuando era un chaval.

—No te molestes, querido. Repito que no me quedaré mucho. —Darien desconocía que su empleada le caía en la punta del hígado—. Y antes de que preguntes, no. Nadie me fue con el chisme. Me enteré por medio del hijo mayor de Diamante. Ya sabes de quién hablo; Zafiro, tu amigo del colegio...

Por Casualidad 🍁🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora