Por Casualidad 🍁🍂

Capítulo 12

Inquietudes:

Fue el dieciocho de enero que a Bella finalmente le retiraron ambas férulas. Mucho antes del tiempo estimado en un principio. Sobra explicar la felicidad que esto le provocaba; finalmente podría llevar una vida un poco más "normal". De esto trataba la buena noticia que había recibido aquel día en que, por primera vez, alguien le había enviado flores.
Primera, más no la última, porque Zafiro BlackMoon al menor pretexto continuó enviándole obsequios florales. Casi siempre tulipanes rosas y en su mayoría conformados por dos o tres pares. No fuera que la chica se asustara ante tanta extravagancia. Y es que no solamente se trataba de los tulipanes; BlackMoon hijo también había estado haciéndole visitas e insistiendo con invitarla a dar un paseo por todo Nueva York con el pretexto de que haciendo esto le ayudaría a familiarizarse un poco más con la ciudad y su gente. Si la memoria no estaba ayudando mucho que digamos, y no podían dar con nadie de su pasado, ya iba siendo hora de planear una nueva vida.

Si lo analizaban, tenía mucho sentido. Sus argumentos eran válidos y difíciles de obviar. Debido a ello, fue el motivo por el cual Bella comenzara a meditar un poco más sobre su persona. En desear ser más independiente e idear un plan B. Esta inquietud se la comentó a los Shields y fue que el Sr. Endymion le recordó sobre el empleo como la asistente de su asistente que anteriormente le había ofrecido; nada del otro mundo, haría cosas que no requeriría el mayor conocimiento, no obstante, ganaría lo suficiente para comenzar desde cero.

¿Bella aceptó? Ah, le habría encantado, más no pudo hacerlo. Darien—que no estaba nada de acuerdo—intervino hasta convencerla de que todavía no era el momento propicio. El estrés de un empleo y sus horarios intervendrían en su rehabilitación y no estaba dispuesto a que corrieran ese riesgo. Especialmente él, que era su responsabilidad cuidarla hasta del menor peligro.
Sí, la condenada culpa continuaba haciendo mella en el fondo de su conciencia. Nadie lo notaba pero ahí estaba, pinchándolo constantemente como una penitencia infinita.

No es correcto permitir que otros decidan por encima de ti, pero ¿podían culpar a una chica enamorada? Rayos, Bella trataba de evitarlo pero se sentía cada vez más hechizada de su protector. Que él estuviera ahí, incondicionalmente en las tres últimas crisis que sufrió a mitad de la madrugada (debido a unos confusos recuerdos que había experimentado), cuidándola hasta que se quedara dormida después de una buena dosis de palabras dulces para tranquilizarla, no ayudaron sino a que sus sentimientos por el joven abogado se fortalecieran. Ya no solamente se trataba del físico. Que sí, el hombre tenía lo suyo y con el paso de las semanas parecía lucir mejor. No, no, no. Para desgracia de la joven, ese sentimiento latente y cálido en el centro de su pecho ya iba más allá de lo banal, un mero capricho y o ilusión de colegiala. No recordaba haber vivido algo igual, y tal vez, a ojos ajenos lo que sentía podría ser puesto en tela de juicio debido a la rapidez y a las circunstancias. Resultaba tan confuso. Sin embargo, de lo que Bella estaba cíen por ciento segura era que, para ella, sus sentimientos eran genuinos.

Le habría servido de mucho contárselo a alguien, pero daba la casualidad de que todas sus amistades estaban ligadas a Darien. No podía arriesgarse, sin contar que le faltaba la valentía suficiente para ser igual a las mujeres en el mundo de su amor platónico. Como Beryl o como... Hotaru, por ejemplo. Alguien sin pelos en la lengua, decidida y arriesgada.
Claro que ambas susodichas eran mayores, no podía ser lo mismo y Bella lo sabía. Quizá no supiera su verdadera edad, pero hasta ella tenía la sospecha de que, o bien era menor de edad, o en su vida pasada por algún motivo no logró alcanzar la madurez necesaría. Lo suficiente para no dejarse intimidar por nada ni nadie y ser suspicaz. (Porque hoy en día la candidez y la pureza, aunque sean valiosos dones, son dos de las virtudes que más en peligro o aprietos te pueden meter). Como verán, el nuevo mundo de Bella no estaba resultando del todo un cuento rosa con arcoíris y unicornios. La amnesia apenas había sido el comienzo.