Capítulo 24

73 13 4
                                    

Esto no es una despedida:

Bella se mostraba bastante callada. Lo que no sería inusual, de haber aceptado encender la radio en su estación favorita y que, desde que abordaron el automóvil, ella no lo había volteado a mirar directamente a la cara. Darien comenzaba a temer que su estado de humor tan distante se debiera al motivo real de la inauguración. Mierda, ¿por qué consideró que dejándola con Zafiro iba a ser lo mejor?

Porque no fue una decisión deliberada o que haya decidido mantenerse lejos de la tentación. Si permitió que se quedara con BlackMoon, única y exclusivamente fue porque creyó que de ese modo Bella no llegaría a enterarse sobre el verdadero fin que tendría el restaurante. Si su amigo insistía en cortejarla no sería tan idiota como para espantarla con... sus peculiares actividades. Shields no iba poder hacerlo solo, puesto que no dejaba de toparse con viejos conocidos, cuyos excéntricos gustos, alguna vez compartieron. Bastaría que la vieran de su brazo para volver a creerlos una pareja y, el resto se interpretara solo.

«De haberlo anticipado», se dijo con el pensamiento, mientras rememoraba el instante en que se percató de qué iba el asunto.

Horas antes...

—Parece que tu cadena de restaurantes comenzó con el pie derecho. Me acabo de topar con aquel cantante de moda; iba muy bien acompañado de dos señoritas ajenas a su mundo —comentó Darien a su amigo apenas le fue posible encontrarlo sin Bella a su lado. A ella no la veía cerca, por lo que debía estar en el tocador o charlando con alguien. Probablemente lo primero. Elevó una ceja y añadió con rostro divertido—: Y se supone que no tolera la cercanía de ninguna de sus fans.

Zafiro carcajeó. Más divertido de lo usual.

—¿Qué? —en el entrecejo del más alto se formó un surco.

—No seas ingenuo, viejo. Sabes tan bien como yo que no lucen así de felices por el tipo de cortes que degustarán más tarde —la acostumbrada sonrisa cínica y el brillo en sus ojos borró por un instante su imagen de niño inocente. Después llevó la copa con champán a sus labios y emitió un gemido de placer. Parecido a cuando se bebe algo en extremo refrescante.

Shields ladeó la cabeza.

—Evidentemente no lo sé. Explícate.

—Ok —con la mano que llevaba libre buscó algo en el bolsillo del saco y, con la mayor discreción posible, le guardó el objeto a su amigo en el bolsillo del pantalón. Todo esto mientras pronunciaba por lo bajo—: Considéralo un regalo de cumpleaños adelantado.

¿Qué demonios?

—Una membresía... —dijo Darien mirando el objeto rectangular, plano y en tono negro carbón, similar a una tarjeta de crédito—. ¿Ese era tu plan?

El abogado no se mostró aterrorizado, sorprendido o confundido. Que va. Era desazón lo que el azul de sus profundos ojos mostró a continuación.

Zafiro movió la cabeza en una afirmación. En ningún momento se imutó.

—¿No creías en serio que iba a invertir prácticamente toda mi fortuna en un simple y soso establecimiento para alimentar a las masas con paladares más exigentes? —miró a su alrededor, luego, acercándose más a su amigo, confesó casi en un susurro—: Ese será el principal atractivo, porque realmente el dinero se encuentra en este estilo de vida, camarada —le dio un golpecito con el dedo a la membresía que Darien aún sostenía en alto—. Creo que en el fondo tú también lo consideras así. ¿No te parece una idea estupenda?

Shields negó.

—Lo sea o no, no estoy interesado —y tras su respuesta sin emoción alguna, le devolvió el obsequio del mismo modo que su amigo lo había hecho.

Por Casualidad 🍁🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora