Capitulo 1

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Capitulo 1: Los ojos escarlata.

Londres. Una gran ciudad, habitada por cientos de pobladores, los cuales suelen ser en su mayoría pueblerinos de muy bajos recursos.

El día en esta ciudad da inicio con un esplendoroso amanecer, pintando los cielos de tonalidades cautivadoras, las cuales van desde el elegante azul del firmamento, enmarcado por la suave almohada de nubes blancas, hasta el radiante sol que hace su aparición triunfal, llenando todo de vida y brillo.

Al acercarse el atardecer, el espectáculo de la naturaleza se despliega de nuevo ante los ojos de los habitantes de la ciudad, cuando el resplandor del sol apacigua su intensidad y deja paso a un mágico color naranja, que convoca a la contemplación y a la admiración que encanta a la vista y al alma, y que no tarda en convocar a los habitantes a capturar el momento, a través de una buena fotografía o a simplemente dejarse hechizar por el crepúsculo hasta su ocaso final.

A medida que cae la noche, el cielo pierde su tono azulado y se desvanece en un color naranja apagado. El sol se oculta detrás de densas nubes, arrojando un tono gris y oscuro sobre la ciudad.

Las calles están desiertas, excepto por un par de gatos que juegan juntos hasta que son interrumpidos por perros celosos que comienzan a perseguirlos sin piedad. Lo sorprendente de esa noche es que no solo los gatos eran perseguidos.

Con evidente fatiga y agitación, un joven corría sin descanso por las calles y callejones de Londres, tratando de escapar de una persona que, muy probablemente, buscaba acabar con su vida.

-Maldición...

Con profundo agotamiento y frustración, el joven maldecía su mala suerte al comprender que había llegado a un callejón sin salida.

A pesar de sus esfuerzos por encontrar una escapatoria, el joven no lograba hallar una ruta viable y, lamentablemente, terminó siendo alcanzado por la persona que lo perseguía.

Como una sombra misteriosa, el enigmático ser emergió de la oscuridad frente al joven, aumentando su tamaño y generando una sensación de intimidación. A pesar de la escasa iluminación del callejón, el joven logró distinguir únicamente los ojos del ser, los cuales brillaban en la oscuridad con un intenso color carmesí.

El joven se sintió completamente desesperado al comprender que ya no había posibilidad de escapar, ni de pedir ayuda. Con una sensación de abandono, decidió aceptar su destino y esperar la muerte con resignación.

-¿Cuántos... Cuántos años tienes? -Preguntó de repente.

Probablemente fue la voz de un hombre la que habló, con un tono suave y aterciopelado, pero al mismo tiempo ronco y firme. Simplemente, era una voz varónil.

-Contesta. -Exigió con firmeza.

-¡Tengo 17 años! -Respondió exaltado, sintiendo temor ante la intimidante voz del otro.

Puede que haya sido solo su imaginación, pero le pareció escuchar al hombre chasquear su lengua en señal de fastidio. Después de eso, solo pudo oír sus pasos alejándose del lugar.

En realidad, no se había equivocado. Lo que había percibido estaba sucediendo en ese momento.

El hombre se alejó sin causarle daño, pero antes de irse le dedicó algunas palabras.

-Solo eres un niño. -Dijo suavemente- Vete de aquí.

Después de decir esas palabras, desapareció en la oscuridad del lugar.

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No podía dejar de pensar en el hecho de haber dejado con vida a aquel joven, a pesar de que su trabajo era eliminarlo sin excepción. Ahora, se preguntaba cuáles serían las consecuencias de esa decisión, ya que su trabajo era eliminarlo a toda costa, pero por una razón, más biem una regla que solo él conocía y seguía a la perfección hasta ahora.

-Acabo de ver bien, ¿Lo dejaste ir?

De repente, detuvo su caminar.

-¡Lo tenías acorralado! ¡¿Y lo dejaste escapar?! -Gritaba eufórico el sujeto que apareció en el sitio.

No obstante, él siguió avanzando como si nada pasara e ignorando las palabras del otro.

-¡Alto! -Gritó, mientras varias armas en la zona se enfocaban en el mismo objetivo.

Él no estaba solo.

El hombre no tuvo más opción que detenerse.

- Jaja, eres un idiota. -Dijo con tono irónico- Le advertí al jefe que no eras confiable y que no podrías manejar una tarea tan sencilla como esta. Todo lo que haces es hablar mucho sin hacer nada.

-¿A qué te refieres? -Lo cuestionó.

-Lo que quiero decir es que te llamas a ti mismo el demonio de las calles, pero no puedes eliminar a un simple mocoso. ¡Eres un gran traidor! -Exclamó- Y morirás como tal. Después, volveremos y completaremos el trabajo que no pudiste hacer.-

El hombre vestido elegantemente se encontró en el punto de mira de las armas de su interlocutor y sus acompañantes.

En cuestión de segundos, cinco disparos retumbaron en el aire y pusieron fin a todo. En el suelo yacían cinco cuerpos inertes. Lo sorprendente era que el hombre que había sido blanco de esos disparos, no presentaba ni un rasguño.

- "5 de 6, no está mal" -comentó mientras avanzaba hacia el hombre que minutos antes había intentado acabar con su vida.

- "¿Qué estás haciendo? ¡No te acerques!" -Gritó mientras apuntaba directamente hacia él- "Si te acercas, no dudaré en matarte".

Sin embargo, aquel hombre no se dejaba amedrentar por la advertencia.

No se emitieron más advertencias, solo disparó, pero su mano temblorosa hizo que los proyectiles fallaran su objetivo, sin herir en absoluto al hombre contra el que disparaba.

Para cuando se dio cuenta que ya no tenía balas, era demasiado tarde.

-Tú jefe sabía muy bien como trabajo. Conocía mis reglas, pero aún así se atrevió a engañarme. -Musitó levemente enojado- Te daré la oportunidad de saberlo, así que presta mucha atención porque no lo repetiré, otra vez. -Dijo esto último agarrandolo fuertemente por el cuello e impidiéndo que el aire llegase a sus púlmones- Yo no mato mujeres, ni a niños. -Hizo un poco más de esfuerzo en su agarre- Así que, ve y dile a tu jefe que la próxima vez, él haga el trabajo sucio.

El color en el rostro de aquel sujeto comenzaba a tornarse un tanto azul y un par de lágrimas brotaron de sus ojos al sentirse tan cerca de la muerte. Sin embargo, la vida se le fue perdonada por aquel hombre que lo liberó e hizo que cayera bruscamente al suelo.

Desesperado por recuperar el aliento, el individuo jadeaba violentamente mientras intentaba equilibrar su respiración. En cambio, el agresor se alejó despreocupadamente de aquel lugar y sin mirar hacia atrás. Con la única seguridad de que aquel sujeto haya entendido su claro mensaje.
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¡Yuju! ¡Primer capitulo!

¿Qué les pareció? ¿Está interesante o no?

La verdad, esta historia se me ocurrió en la madrugada y no pude dejar pasar la oportunidad de compartirla con ustedes. Espero y pueda gustarles🤗.

El capitulo estuvo un poco corto, pero solo es el inicio.

Esperen la siguiente actualización.

Bye👋

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