Capitulo 29: Cicatrices.
Las horas pasaron y finalmente llegó el amanecer. Sebastian se encontraba dormido en el pequeño banquito de madera, con la cabeza apoyada en la camilla y las manos aún aferradas a las de Ciel. Había cumplido su promesa y Ciel lo apreciaba.
Ciel suavemente acariciaba los cabellos negros de Sebastian, procurando no despertarlo. Sin embargo, su intento fue en vano.
Ciel: ¿Te desperté? -Preguntó tímidamente al ver que Sebastian recobraba el sentido.
Sebastian: No, tranquilo. Me dormí un poco. ¿Llevas mucho tiempo despierto?
Ciel: No, acabo de despertar. El doctor debería volver pronto.
Sebastian: Entiendo. Tal vez debería preparar... -Se detuvo, pensando mejor sus palabras antes de hablar. Afortunadamente, Ciel no pareció notar su titubeo.
Ciel: Sebastian, ¿podrías darme agua? -Pidió con timidez al notar el repentino silencio del otro.
Sebastian: Por supuesto.
Se levantó ágilmente y fue hacia la jarra de agua que había al otro lado de la camilla. Sirvió un poco en un vaso y regresó junto a Ciel para ayudarlo a beber, sosteniendo su cabeza con cuidado para evitar que se ahogara.
Sebastian encontró difícil esta tarea, preocupado de lastimar al muchacho sin querer. Afortunadamente, logró con éxito que Ciel bebiera sin incomodidad.
Sebastian: ¿Te sientes mejor así? -Preguntó, viendo cómo asentía con la mirada, antes de volver a su lugar y retomar la mano del joven como si fuera lo más importante en ese momento.
Las palabras entre ambos fueron breves y el silencio se tornaba aún más pesado en la habitación. A pesar de ello, no dejaron de mirarse con amor.
Ciel: No lo hagas. -Interrumpió de repente, viendo a Sebastian, quien a su vez, lo miraba con ternura- No finjas alegría cuando realmente estás sufriendo. No lo hagas, no te sientas culpable.
Sebastian: Ciel...
Ciel: Lo siento. -Dijo con pesar- Lamento que hayas tenido una noche difícil. Lamento que todo esto haya ocurrido. Sé que te sientes culpable, pero en realidad, todo esto es mi culpa.
Sebastian: No, no digas eso. Nada de esto es tu culpa. -Le aseguró, abrazándolo con suavidad- Lo que esos hombres te hicieron fue terrible, pero juro que se arrepentiran. Ya verás... haré que todos y cada uno de ellos se hinquen de rodillas a tus pies y suplicaran por tu perdón. Los mataré. -Estas palabras impactaron a Ciel, quien separó al hombre de manera abrupta y lo miró con sorpresa y horror.
Ciel: No lo hagas. Me prometiste que no volverías a matar.
Sebastian: Pero, Ciel, ¿cómo puedes decir eso? ¡Lo que te hicieron no tiene perdón! -Exclamó con furia, indignado por las palabras del joven.
Ciel: Pero también fue mi culpa. -Respondió suavemente, siendo escuchado de igual manera.
Sebastian: ¿Cómo puedes pensar así? Ellos te secuestraron, te lastimaron, ¡ellos son los responsables!
Ciel: Lo sé, pero también fui descuidado y no pude escapar. No quieres verlo ahora, pero es la verdad, todo lo que pasó fue por mi culpa.
Sebastian: ¿Cómo puedes decir eso? ¿Por qué piensas así, Ciel?
Un dolor punzante se apoderó del pecho de Sebastian, quería encogerse ante aquellas palabras, pero se mantuvo firme. Ese dolor no era real, era provocado por palabras injustas e inocentes que no merecían tener peso en ese momento.

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Black Love
Fanfiction"¿Qué me has hecho, Ciel?" "¿Por qué no puedo dejar de pénsar en ti?" "Desde aquel día en que te probé, no puedo hacerlo con otra persona, sin que tu rostro llegue a mi mente y termine nombrandote" "No puedo dejar de desear que vuelva a suceder."...