Capitulo 34

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Capitulo 34: Un futuro pasado.

Cansancio.

Eso era, exactamente, lo que sentía Sebastián después de haber pasado por tantas cosas. Para comenzar, su infancia fue de las más difíciles. La mayor parte de su niñez la vivió con un padre terrible, quien lo obligaba a realizar tareas que eran tanto asquerosas como dolorosas para un niño de su edad. Se convirtió en asesino profesional a los diecisiete años, iniciando su carrera de matar por dinero, casi como un cazarrecompensas. Sin embargo, eso no fue lo peor que le ocurrió.

A pesar de su trágico pasado, Sebastián decidió arriesgarse a enamorarse. Quizás ese fue un gran error, ya que al hacerlo le ofreció a sus enemigos un blanco perfecto para atacarlo y herirlo profundamente.

Y eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora.

Sebastián corría por los interminables pasillos del vasto hospital, siendo perseguido por varios hombres que disparaban de vez en cuando, intentando reducir la distancia entre ellos y él.

-¡Es Michaelis, vayan por él! -Gritó un hombre bien vestido que apareció desde un pasillo adyacente, advirtiendo a Sebastián sobre la llegada de más perseguidores.

Sebastian: Maldita sea. Estos idiotas nunca se cansan. -Pensaba, sintiéndose sumamente agitado por tanto correr y esconderse. Sin embargo, al ver el pequeño cuerpo de Ciel acurrucado contra él, escondiendo su cabeza en su pecho y aferrándose con fuerza a su figura, Sebastián sentía que todo el esfuerzo valía la pena.

-¡Michaelis! ¡Todo el edificio está rodeado, así que lo mejor es que te rindas!

Sin embargo, no era el momento para dejarse llevar por la emoción.

El hombre que gritaba a todo pulmón en el pasillo, sintiéndose orgulloso de su poder, hablaba con una firmeza que dejaba claro que lo atraparía a toda costa. Pero Sebastián también estaba decidido a salir con vida de esa situación, y lo haría cueste lo que cueste. Así que no perdió más tiempo y, una vez más, abrió fuego contra sus adversarios, logrando alejarlos lo suficiente como para poder moverse rápidamente hacia la salida de emergencias. Por suerte, al llegar al otro lado, encontró un trapeador que utilizó para bloquear la puerta y ganar un poco más de tiempo para escapar.

Sebastian: Resiste, Ciel. -Murmuró mientras descendía a toda velocidad por las escaleras de seguridad, intentando salir del edificio lo más pronto posible.

Lo que no sabía era que estaba a punto de encontrarse con un problema mucho más grave.

-Jack, lleva a todos los hombres a la parte trasera del edificio. Asegúrense de cubrir la salida de emergencia.

Finalmente, Sebastián llegó a la puerta de salida y no dudó ni un instante en cruzarla, enfrentándose a la realidad que lo aguardaba afuera.

Finnian: ¡Sebastián, Joven amo!

Sebastian: ¿Finnian? -Dijo, visiblemente confundido- ¿Qué haces aquí?

Finnian: No hay tiempo para preguntas, deben subir al auto, ¡ahora!

Sebastian: No podemos ir en esa dirección. Tienen el edificio rodeado.

Finnian: No te preocupes. Nosotros ya nos encargamos de eso.

Sebastian: ¿Eh?

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-¿Me escuchas, Jack? ¿Jack? ¡¡JACK!!

Bard: Hola.

-¿Quién demonios...?

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