08| Un nuevo heredero

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Mini-mini maratón 1/3

La reina se asustó cuando Lyria entró en su parto siete días después de mi cumpleaños número diecisiete porque supuestamente le faltaban tres meses al bebé, pero nació sano y salvo porque ya habían pasado los nueve meses.

Creo que se hizo la tonta porque dijo que los dioses eran muy amables con nosotros. También creo que se dio cuenta de que el niño no era mío porque se parecía a su madre, pero sus ojos eran como el cielo oscuro.

—¿Ya le pusieron nombre?— preguntó cuando lo puse en sus brazos ya que quería verlo y Lyria estaba descansando en mi alcoba.

—Yrin— respondí— en honor a la reina Yrinay.

La mirada de mi madre se iluminó al escucharme.

—Es el nombre digno de un rey.

●○●

Tres meses después de su nacimiento mi madre me mandó a llamar y temí al pensar que ya sabía todo y que castigaría a Lyria.

Yo estaba estudiando cuando Sir Urihn me dio el mensaje y Lyria, que alimentaba al bebé, me miró con la preocupación de siempre.

Cada día que mi mamá estaba cerca de Yrin existía la posibilidad de que toda nuestra mentira se fuera al caño.

—Creo que Yrin es nieto de Lunaris también, tiene sus ojos.

—Pero una vez dijiste que si mis ojos no fueran de sangre serían como el cielo.

—Porque tu abuelo tenía esos ojos.

—Entonces no es nieto de la luna, se parece a su madre y tiene los ojos de la realeza. Además los ojos de la diosa son más claros.

Logré convencerla y sus dudas se calmaron. Por la sonrisa que me dio supe que nunca dudaría de la sangre de mi hijo y yo sabía que no era nieto de la luna.

●○●

Mi relación con Lyria cambió a medida que nuestro hijo crecía, pero empeoró cuando cumplió el año de edad.

—Vicentris y yo estábamos pensando en que podías darle un puesto más arriba.

—¿Otro más?

Estaba cansado de la misma conversación y mucho más del sirviente, que seguía en el palacio solo porque Lyria lo amaba y yo no la quería ver triste.

—Si lo nombraras como tu sirviente personal podría estar más tiempo en tus aposentos en lugar de sus niñeras.

Parece que no entendía. Si mandé que llevaran a Yrin a mis aposentos era para que no estuviera con Lyria ya que Vicentris siempre se la pasaba allí.

—No, él se quedará conmigo y con las niñeras que ya tiene.

—Pero Vicentris merece estar más tiempo con su hijo.

—¿Por qué?— dejé de escribir la carta para Herderis, que no iba a enviar porque él ya no las respondía desde que la corona estaba en su cabeza, pero quería escribirla de todos modos.

Aunque no le decía nada que pudiera usar en mi contra. Aún tenía en cuenta la enemistad entre los reinos.

—Pues porque es su padre.

Me puse de pie y caminé hacia ella.

—Es mi hijo, Lyria, no de él, Yrin no puede siquiera dudar por un segundo de quién es su padre.

—Pero ahora es solo un niño...

—Aún así, Vicentris lo verá solo cuando yo lo permita. Ahora vete y deja este tema aparte porque vas a lograr que lo eche.

El Exilio del Príncipe [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora