09| La nueva reina

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Mini-mini maratón 2/3

Lyria curó mis heridas en los calabozos, creo que me habló, pero no pude responderle. No encontraba la fuerza, todavía se seguía repitiendo la imagen en mi cabeza de cómo Sidrajes mató a mi mamá y yo no hice nada.

—Eres diferente— me susurró Lyria y se escuchaba tan lejana que me costó creer que fuera real—. Tus ojos son de hielo ahora.

—No soy su hijo— recuerdo que dije y volví a cerrar los ojos por días—. Ya no.

Seguro era luna nueva.

●○●

Ya no estaba solo en la celda porque Lyria me acompañaba. Me dijo que no quería dejarme solo y que por eso dejó que Vicentris se llevara a nuestro hijo. Solo me quedaba rogar para que no los encontraran.

Ella se veía casi tan pálida como yo, pero no tenía cicatrices. Eso era bueno.

No sabía cuántos días habían pasado ya, pero no tenía fuerzas, estaba seguro de que la última vez que me llevaron agua y una rata muerta para que comiera fue hacía ya una semana.

Mis labios estaba secos y partidos al igual que mi alma, aunque solo quedaron los rastros de una.

Mamá me dijo una vez que había que amar con el alma porque el corazón era un órgano que nos mantenía vivos, pero que el alma amaría hasta después de la muerte.

Nunca me dijo que el alma podía romperse y que dolía más que el corazón.

—Zahiredd, es medianoche— me dijo Lyria—. Está por terminar el mes y Sidrajes hará una fiesta.

—¿Cómo lo sabes?— me sonrió tranquilamente.

—Tenemos que apurarnos, un guardia va a venir a buscarte para llevarte al salón. Ya conoces los pasadizos. Hay que irnos.

Tenía que estar bromeando. Siquiera podía hablar y quería que nos escapáramos.

—No puedo.

—Sí puedes, solo párate.

—¡No puedo! ¡¿Acaso no me ves?! ¡No tengo nada, Lyria! ¡Ya lo perdí todo!

—¡No has perdido todo! ¡Tienes que luchar, por favor, Zahiredd, ponte de pie!

—¡Vete tú!

—¡No te dejé la primera vez y no te voy a dejar ahora!— se agachó y trató de levantarme, pero no pudo—. ¡Por favor!

—No puedo, Lyria, lo siento.

—Sí puedes— se agachó a mi altura y me acarició el rostro, estaba más fría que yo—. Sidrajes no merece estar en tu trono ni reinar a los balcerianos, solo traerá dolor y muerte, tienes que recuperar lo que es tuyo.

Recuperar lo que era mío. Se escuchaba como algo imposible si tenía que enfrentarme a la reina serpiente, pero eso me dio fuerza. La idea de vengar a mi madre porque no la pude proteger era tentadora.

Pero no me podía poner de pie.

●○●

Cuando llegó el guardia me encadenó otra vez para poder moverme, a Lyria ni la tocó y entonces supuse que ella era una esclava ahora, porque tenía un vestido blanco muy sencillo y sin mangas largas, solo tenía un pequeño cinto en la cintura y ella nunca usaba vestidos.

Caminamos en línea recta y yo iba contando las celdas, cuando llegamos a la décima estampé mi codo en la cara del guardia y aproveché su asombro para colocarme atrás de él y asfixiarlo con las cadenas que tenía. No me llevó más de tres minutos.

El Exilio del Príncipe [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora