Mini maratón de inico de mes 1/3
Recién el veintisiete del cuarto mes, durante la noche de luna creciente, llegaron los guardias a la casa del general para llevarme ante la presencia del rey.
Lo único que me llevé fue lo único que traje: el bolso mágico de Elfesta, donde guardaba las esferas.
No tenía planeado volver, así que me despedí de Lino y Daley, ellos quisieron abrazarme, pero me alejé por inercia y no hicieron falta explicaciones para que me entendieran.
Me explicaron que en la noche habían menos ojos y oídos, por eso fuimos caminando.
Hacía mucho frío y ellos ni se inmutaron, yo me estaba helando. Tenía que ver con la ubicación de Corac, que estaba cerca de montañas nevadas y además el clima ya había cambiado desde mi última noche en Balcé.
No estaba acostumbrado a pasar frío porque yo nunca lo sentí, era algo nuevo y horrible.
Finalmente llegamos al palacio y creí que iríamos directamente a ver al rey, pero me equivoqué, me guiaron por un laberinto de pasillos y escaleras hasta la que sería mi habitación.
No tenía lujos y decoraciones, pero sí una cama y ropa, que fue suficiente para mí. Apenas me dejaron solo me tiré en la cama.
Ya había olvidado lo bien que se sentía dormir en una, aunque ésta era un poco dura, pero la suavidad de la almohada lo compensaba.
Antes de quedarme dormido, Lyria, que estaba viendo por la ventana una luna que yo no podía ver, me habló:
—Tu madre, la diosa, te está ayudando mucho.
Eso me quitó el sueño.
—Mi madre está muerta. Sidrajes la mató.
—Zahiredd...
—La diosa no ha hecho nada por mí. No me protegió, no cumplió sus promesas y me abandonó— enumeré mirándola a los ojos—. ¡Ni siquiera puedo ver su cara!— dije refiriéndome a la luna.
—La diosa no te abandonó, por eso estás aquí.
—Estoy aquí porque me vendieron, si ella me hubiese ayudado no hubiera sufrido todo lo que sufrí.
Estaba enojado, pero siempre que me sentía así decía la verdad, o eso creía, pero estaba totalmente seguro de lo que decía.
—Si ella no te hubiese ayudado jamás habrías conocido el mundo real.
Eso significaba que...
—Entonces no quiero su ayuda— dije sin pensarlo—. Yo puedo seguir solo, no necesito que me ponga en la boca del lobo para ver lo que sienten sus presas.
—No sabes lo que dices— susurró.
—Lo sé perfectamente. No quiero su ayuda— repetí lentamente.
Me puse de pie y caminé hacia la ventana.
—No quiero tu ayuda, Lunaris— dije y me quedé un rato viendo ese lugar donde se suponía que estaba la luna—. No la quiero... ya no.
●○●
Antes de que saliera el sol yo ya estaba listo.
Había puesto las esferas en el bolso y me lo crucé para asegurarlo. Nadie me lo podría quitar.
Cuando me vinieron a buscar usaron mi nombre, solo mi nombre y fue raro escucharlo de alguien vivo.
El salón del rey estaba vacío, solo estaba su segunda esposa, el príncipe Lahel y sus guardias.
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El Exilio del Príncipe [#1]
FantasyEl príncipe Zahiredd es el único hijo de la luna y heredero de Balcé, es un puente entre los dioses y su reino. Pero la Serpiente destruye ese puente, le corta las alas y le roba la corona, entonces él tendrá que dejar su reino en busca de ayuda. A...