•Capítulo 10•

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El pasado

El olor a tortitas recién hechas inundaron mi habitación. Es muy agradable levantarse así, hoy tenía que encontrarme con Sebas.

Miré hacia donde estaba mi mesita de noche y sonreí al ver mi cajita musical allí.

Y recuerdo lo hermoso qué fue ese gesto de parte de Asher. Hay cosas que no conocía de él en serio, pero se qué pronto sabré todo. Solo debo esperar, yo también necesito tiempo para ordenar mis ideas y para poder concentrarme en el club de música.

Me levanté y fui directo al baño, me lavé los dientes, me di una ducha y intenté arreglar el desorden de cabello qué tenía.

Al salir fui hacia mí clóset y saqué la caja qué me mandó Gabriel. No la abrí ayer, así que hoy revisaría que hay adentro.

Tome la caja y la puse encima de mí cama comenzando a sacar todo lo que estaba adentro de ella.

Había un montón de libros, no entendía hasta que vi qué eran los libros qué había dejado en su casa, cada vez que iba a visitarlo llevaba un libro, le hablaba de él y después se los dejaba para qué estudiará y luego poder yo hacerle un tipo de examen.

Saqué todos los libros, había cinco y también pude ver que había una libreta entre ellos. La tome y al abrirla pude ver qué habían miles de escritos y apuntes sobre los libros que le había dejado.

Sonreí al ver eso, me acordé de todo lo que pasamos juntos y pues a pesar de todo con Gabriel tuve una buena relación.

Tenía hasta la fe de volver a intentarlo con él, al volver a los ángeles.

Pero cierto chico cambió mis planes, ese chico de ojos de azules, aquel de carácter fuerte y dulce, con personalidad atrayente. Aquél chico qué robó mi corazón desde el día que lo vi en el instituto. Aquél chico qué siento conocer de toda la vida, que me hizo sentir de nuevo aquellos bichos raros en el estómago, Asher me hizo sentir de nuevo.

Seguí revisando, habían peluches qué había dejado tambien, fotos, algunos dulces, eran mis dulces favoritos. Es muy lindo qué se acuerde de todo ésto, había una carta entré unas de las fotos donde estábamos en un campo, fue cuando habíamos cumplido los primeros tres meses de relación y él me hizo un picnic sorpresa. Abrí la carta y me senté de piernas cruzadas en el suelo, leyéndola.

Samy, todo lo qué está en esta caja, son nuestros mejores recuerdos. Desde los primeros hasta los últimos, perdón por haber tomado la noticia de cuándo te mudabas, pues mal. Debí despedirme bien y no solo ignorarte esos últimos dias en los ángeles.
Sé qué quedamos como amigos, en serio tenía fe de qué regresarías o que al menos te quedarías con tu mamá, pero no fue así.
Espero qué guardés todo ésto, se qué contigo estará mejor.

Pd: Perdón, después sabrás el por qué.

La última frase, pues me dejó un poco dispareja ¿Sé estaba disculpando?, Pero...¿Porqué?.

Salí de mi habitación directo a la cocina, aún olía riquísimo, quería comer de lo qué papá estaba haciendo.

Mi papá estaba terminando de cocinar, llevaba un delantal de los qué la abuela nos manda en navidad. Es divertido ver a papá así, mayormente me dicen qué mi padre da miedo. Pero no, mi papá es todo un amor, al menos conmigo.

Me acerqué y me senté en uno de los bancos del mesón, él se giró hacía mí con una gran sonrisa y en una de sus manos tenía una espátula y en la otra el salten.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora