•Capitulo 44•

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Fuimos a ver vestidos y trajes para el baile.

Asher tenía razón, se que falta aún un mes, pero el tiempo pasa tan rápido. Es mejor tener algo en mente y si es posible ya asegurado.

Ya estando en la última tienda que estaba en la lista, me encontraba midiendo me un vestido que según Asher me quedaría increíble.

El vestido era color rosa pastel, ajustado y abierto de un lado de la pierna.

Vamos, era lindo.

Pero quería usar otra cosa, pero obviamente salí para que mi querido novio me diera su gran opinión.

—Sabes, también ví que habían unas tiendas en el centro que tienen muy buenas críticas—murmura sin despegar su vista del móvil—Tu que dices mi sol...

Justo ahí levantó su mirada, clavando los en mi, sus ojos azules me dieron un recorrido, sus ojos brillaban, jamás me cansaré de decir que amo el color azul de sus ojos.

Con una pequeña sonrisa los levanta hasta colocarla en los míos.

Amo esa conexión tan fuerte que siento cuando nuestras miradas chocan.

Cómo un click.

Si, como un click.

—¿Y que tal?.

—Me encanta como te queda, ¿Pero como te sientes tu?—vamos, él podía leer mi expresión y era obvio que sabía que no me sentía conforme con este vestido.

—Bueno, es un poco... No sé, solo no me convence.

—Tranquila, aún tenemos tiempo y hay muchas tiendas que faltan por visitar—Asher se levanta y se coloca a mi lado—¿Vamos a comer algo?.

Asiento, él deja un beso en mi mejilla y yo me regreso al vestidor para así poder irnos.

Al salir, fuimos a un restaurante que estaba allí mismo en el centro comercial. Era de comida china.

Entramos y nos sentamos en una de las mesas que estaban al final, he notado como Asher a pesar de que le gusta llamar la atención, no disfruta estar rodeado de tanta gente.

Así que nos fuimos a una mesa un poco más alejada.

Nos sentamos y mientras esperábamos ser atendidos, cada uno centro su vista al móvil.

—Para la próxima semana tengo ya cinco tiendas nuevas para visitar, están en la categoría de más de cuatro estrellas y tienen buena pinta—Comenta Asher.

—Esta bien, tú conoces más Italia que yo.

—Si, pero recuerda que podemos viajar a dónde quieras por un vestido—dice haciéndome reir—Hablo en serio, un ejemplo, ves una tienda muy linda en Grecia. Pues viajamos para allá y así.

—Estas loco.

—¿Por qué lo dices?.

—No viajaría a Grecia por un vestido.

—No es problema, también puedo hacer que lo envíen hasta aquí.

Me quedo en silencio, vamos me había dejado sin palabras.

Él solo ríe, el muy idiota.

—A veces olvido que eres un niño con mucho dinero bien mimado—murmuro para fastidiarlo, logrando lo ya que me dedica una mueca.

—Si tengo mucho dinero, pero no soy mimado—dice muy digno.

—Como digas.

En ese momento llego un mesero, nos trajo el menú y después de ordenar. Se fue dejándonos solos de nuevo.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora