•Capitulo 26•

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Hola, hola los angeles.

Solo quedaba una hora para que el vuelo saliera. Había intercambiado un par de palabras con Gabriel, no tanto ya que Fran me ayudaba no dejándome sola con él.

Sentía que todo era un poco más incómodo junto a mi ex, por el cual mi otro ex piensa que lo deje.

Dios me enredó yo misma.

Siempre.

Papá nos había acompañado al aeropuerto, no quería dejarlo solo. Lo extrañaré demasiado. Pero necesito este viaje, al menos él me entendía. Lo amo tanto.

—¿Llevas todo?—pregunta papá por tercera vez.

—Si papá, revisé todo antes de venir.

—¿Tu cámara?, ¿Tu guitarra?, ¿Tu libro de notas?—rio y lo abrazo nuevamente.

—Todo papá, tengo todo—Él me abraza también, pero con mucha más fuerza—Te extrañaré.

—Yo te extrañaré más, mi pequeña libélula—sonrío y le doy un pequeño beso en su mejilla.

Justo ahí se escucha una voz hablar por todo el aeropuerto, avisando que el vuelo para los angeles ya iba a salir y que fueran subiendo al avión.

—Adios papá, te amo—lo vuelvo abrazar pero con demasiada fuerza—llamame siempre.

—Te amo más, si lo haré—deja un beso en mi frente y yo limpio una lágrima que se le escapa—Fran, cuida a mi pequeña.

Fran llega a mi lado y pasa una mano por mis hombros.

—Cuenta con eso—dice y mi papá le sonríe.

—Adios chicos, pequeña eres perfecta no dejes que nadie te haga pensar que no—sin más, subimos al avión.

Ya arriba del avión, me siento en mi debido puesto. El cual me tocó en la ventana, le tengo un poquito de miedo a las alturas pero con algo de música, dormiré todo el vuelo.

Y eso, fue lo qué pasó.

—¿Sigues viva?—pregunta Fran a mi lado, quitándome el audífono de mi oreja izquierda.

—Al parecer si, imbécil—él ríe.

—Vamos, ya llegamos.

Ambos bajamos, ya que Gabriel ya estaba buscando el equipaje. Estoy segura que me hará hablar con él después, pero mientras no sea justo ahora todo bien.

Por ahora solo quiero ir a mi antiguo hogar. Dios como había extrañado los angeles, camino junto a Fran hasta donde está Gabriel con nuestras maletas.

Luego fuimos a buscar un taxi, primero dejaríamos a Gabriel en su casa y luego Fran me llevaría a la mía. Aún estaba un poco nerviosa de ver a mamá, espero que su enojo ya haya desaparecido desde entonces.

Después de dejar a Gabriel en su casa, íbamos en marcha hacia la mía. No pude ver a la mamá de Gabriel ni conocer a su hermanita, después lo haría con más calma.

Faltaba poco para anochecer.

Ya estando al frente de mi antiguo hogar, mi corazón empezó a latir un poco lento, sentía que me desmayaría en cualquier momento.

Por suerte Fran al ver mi cara, pues me tomo del brazo y subimos juntos al apartamento.

Si, viví casi toda mi vida en uno de los mejores apartamentos de los angeles. Mi mamá no confiaba en los vecindarios no tan reconocidos, decía que una periodista famosa como ella no estaría segura si vivía ahí. Así que elegimos un gran apartamento que compro con uno de sus primeros trabajos.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora