•Capitulo 11•

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Miedo recorría todo mi cuerpo.
No me gusta la idea de estar aquí encerrada en una habitación, mientras qué Asher está allá fuera, quién sabe si lo lastimaron o algo.

Joder este sentimiento es horrible, el no saber nada de él me pone peor.

Solo escuchaba disparos y gritos, pero todo lejos de donde yo estaba.

De pronto las luces de todo el edificio se apagaron, dejando todo oscuro. Bueno, si antes tenía miedo pues ahora estoy súper aterrada. ¡No podía ver nada!

Poco a poco la desesperación iba entrando a mi cuerpo. No dejaba de pensar en Asher ¿Estará bien? ¿Necesitará ayuda?.

Llegué a pensar en salir y buscarlo, tal vez me necesite. Pero él me dijo qué me quedara aquí. ¡Nunca hago caso! ¡Justamente le haré caso a él en ésto! Me levanté de donde estaba, mis piernas temblaban como gelatina. Mis manos sudaban y mi corazón latía cada vez más rápido y está vez no por el efecto Asher, si no por el miedo.

Al dar el primer paso, pude escuchar unos pasos venir a donde estaba, mis nervios aumentaron super rápido.

¡Dios me van a matar!

De una me volví a esconder en donde estaba, que estúpida como pensé en salir, a claro estabas pensando con el corazón.

Lo peor es que todo estaba oscuro, no podía ver nada. Se escuchó la puerta abrirse y mi corazón parecía que abandonaría mi cuerpo en cualquier momento.

Así qué...¿Así moriré? No se, había pensado una muerte distinta. No a balazos o lo qué sea que me hagan esos hombres.

¡Aún no puedo morirme! No he podido arreglar las cosas con mi madre, no he cantado en público, no soy famosa aún, ¡AÚN SOY VIRGEN!.
¡¡¡No puedo morirme aún!!!.

Por suerte estando todo oscuro, no podía verme quién sea qué haya entrado.

¡Por qué no tengo vista gatuna! Sería un buen momento para ser un gato.

No escuchaba más ruidos, hasta que de pronto sentí una mano sobre mi hombro. Listo, estaba muerta.

—¡AHHHHH!—intenté gritar con todas mis fuerzas, pero no pude ya que aquella persona puso su mano tapando mi boca.

Intenté golpearlo, hice lo que pude y nada. Cada vez estaba más alterada, no quiero morirme aún.

¡ESTOY MUERTA!

—Samantha, soy yo—dijo una voz familiar, quitando la mano de mi boca—Te dije qué volvería por ti, solecito.

Las lágrimas comenzaron a salir, ¡Está bien! ¡Asher está bien! Una paz inundó mi cuerpo, me tiré a sus brazos. Lo abracé con tanta fuerza qué no podía respirar, necesitaba sentir esa sensación de seguridad qué me transmitía cada vez qué estaba junto a él.

Él pasó sus manos por mi cintura, haciendo el abrazo más fuerte y íntimo. No pude más y me puse de puntillas tomando la cara de Asher con ambas manos y juntando nuestros labios. Necesitaba sentir de nuevo sus labios sobre los míos, sentir esa sensación de paz y calor qué me hace sentir bien.

—Esperé muchísimo esté momento y me gustaría seguir, pero debemos salir de aquí—murmuró Asher contra mis labios.

No quería dejar de besarlo, lo había extrañado tanto. Pero tenía razón, solo qué ¿Como saldríamos?
Me separé de él con las mejillas super sonrojadas, gracias a Dios por la oscuridad sería imposible qué pudiera saber qué estaba sonrojada.

—Qué linda te ves sonrojada—dice como si hubiera podido leer mi mente.

—Si todo está oscuro ¿Cómo puedes ver qué estoy sonrojada?—pregunté cruzada de brazos.

Él soltó una risa, qué me hizo sentir miles de mariposas en mi estómago.

Mierda ¿Acababa de decir mariposas?.

Él efecto Asher estaba avanzando cada vez mas y más.

—Eres mi solecito, alumbras toda está habitación aunque esté completamente oscura, Haces lo mismo con mi vida, además te sonrojas fácilmente—dijo como respuesta y solo al escuchar el nuevo apodó que me habia puesto una sonrisa adorno mi rostro.

Mi solecito...

—¿Cómo saldremos de aquí?.

—Las escaleras de emergencias—respondió tomando mi mano—Conozco está empresa completamente.

Lo detuve ¿Había dicho qué conocía completamente está empresa?.

—¿Cómo conoces todo ésto?.

—Debemos salir, esos hombres son muy peligrosos y pueden volver en cualquier momento—me jaló de nuevo, Pero no me movi—Samantha, vamos.

—¡Porqué me ocultas todo!—me solté de su agarré—¿Acaso juegas con mis sentimientos y tienes miedo a enamorarte? ¿O tienes miedo qué te conozca tan bien qué pueda utilizar eso en tu contra?...¡Dime! ¡Dime Asher, porque no puedes decirme la verdad de una maldita vez!.

—Enamorado ya estoy—confiesa acercándose más a mi—Salgamos de aquí y prometo contarte todo, por favor debés confiar en mí.

No dije nada, solo tome su mano y me deje guiar hasta las escaleras de emergencia.

Si debo expresar lo qué sentí al tomar su mano, Dios sentía qué mis manos sudaban y qué pena. Además el volteaba y me lanzaba unas miradas qué...¡Joder!.

Ésto parecía un sueño, después de una pesadilla. Asher me hacia olvidar todo el mundo al rededor, solamente con un beso, una palabra o un rose de su suave piel contra la mía.

Bajamos por las escaleras, hasta llegar a una gran puerta, él la abrió pasamos y ya pude ver qué era de noche, ¡Cuánto tiempo estube allá dentro!.

Pude ver qué el auto de Cami seguía allí, ella estaba sentada en la acera con las manos en su rostro. Pobrecita, debe estar super preocupada.

—Cami—dije acercándome hacía ella.

Ella levanto la mirada y con una gran sonrisa, se levantó dándome un gran abrazo.

—¡Estás bien!—exclama tomando mi cara con ambas manos—Me tenías preocupada, de pronto cerraron todo y no sabía nada de ti.

—Si, estoy bien—dije señalando a Asher—él me salvó.

Asher llegó a mi lado, saludo a Cami con la cabeza y luego sus ojos azules cayeron sobre mí.

—Debemos irnos—menciona Cami—tu papá te debe estar esperando ¿No tenías una cena con tu mamá?.

Se me había olvidado completamente la cena. Papá seguramente debe estar muy preocupado.

—Cierto...pero Asher—tome su mano—¿Quieres ir conmigo a esa cena?.

—¿Estás segura?—preguntó un poco dudoso.

No, pero no quiero dejarlo ir tan rápido.

—Si, vamos.

—Está bien—aceptó.

—Vamos, yo los llevo—Cami entró al auto—Suban, van tarde.

Subimos y Cami nos llevo a casa, te amo papá, por favor no me mates.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora