•Capitulo 4•

3 1 0
                                    

Necesito salir, llevo la mitad del día encerrada.

He pasado toda la mañana solo leyendo y viendo k-dramas. Ya hasta me he gastado la mitad de los snacks que había comprado, gracias al cielo mi papá fue al supermercado hace dos horas y me trajo más.

Si sigo a este ritmo, me volveré gorda y hasta diabética.

En este momento estaba acostada en el piso, mirando hacia el techo.

El aburrimiento cada vez crecía más y más.

¿Pasaría algo si salgo a estas horas sola?

Sin pensar más en eso, solo fui a bañarme. Me coloque un traje deportivo con la intención de salir a trotar a algún parque cercano.

Tome mi pote de agua y baje.

—Papá, voy a salir—corro hacia la puerta lo más rápido posible, no quería darle tiempo de procesar y arriesgarme a qué me diga que no.

—Alto ahí señorita—me detengo en seco al escucharlo.

Plan fallido.

—Sii, papá.

—¿A dónde piensas ir a estás horas? va a anochecer en poco tiempo.

—Solo iré a hacer ejercicio, solo será una hora. Iré a un parque cerca de aquí.

—¿Cómo llegarás al parque? No reconoces estás calles.

—Puedo usar el gps.

—Va a anochecer Samy—repite nuevamente.

—Por favor papá, confía en mi.

—Esta bien—acepta.

No espere ni un minuto más y salí corriendo.

Con ayuda del gps pude conseguir un parque no tan lejos de mi casa y para mi suerte, estaba en español y no es italiano.

En menos de unos treinta minutos llegué al parque.

El cuál era muy lindo por cierto, me estaba empezando a acostumbrar al ver la belleza de Italia.

Me coloque mis audífonos y en ellos se reproducía una de las miles de canciones favoritas que tenía, revise las agujetas de mis zapatos, sería el colmo si me caigo al frente de toda esta gente. Luego comencé a trotar.

El aire fresco chocando en mi cara, era lo mejor.

Todo era muy hermoso, las hojas cayendo a mi alrededor, las personas paseando a sus mascotas y la paz que sentía.

Quizás, había juzgado mal Italia.

En medio de uno de mis descansos, pude darme cuenta que ya estaba empezando a ponerse todo oscuro.

Oh ¡No, no, no!.

Saque mi móvil y no podía creerlo.

No tenía batería, literalmente se apagó apenas lo encendí.

Ahora, si estoy bien jodida.

Intentando no entrar en pánico, comencé a caminar hacia donde yo creía que era la salida del parque.

De pronto sentía como que todo iba oscureciendo cada vez más. Haciendo qué mi miedo aumentará más de lo usual.

No me di cuenta que estaba corriendo, al parecer la desesperación estaba atacando.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora