•Capítulo 15•

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Samy Watson

Asher me dejó en mi casa, después de irse entré con una gran sonrisa a la casa.

Estaba pensando si le habrá gustado el regalo que le di, se lo entregue al bajarme del auto y decirle qué lo viera estando él solo. Que penosa soy en serio.

Pero aún no podía creerlo.

Pues, créelo.

¡SOY NOVIA DE ASHER!

Si, si lo eres.

Estaba súper feliz, no podía creer que le estaba dando otra oportunidad al amor.

Después de Gabriel siempre creí que nadie más se fijaría en mi, mi autoestima cayó al suelo por completo. Mucho más con los comentarios de mi madre.

Me sentía una persona insignificante, la cual no tenía valor en nada. Tanto físicamente al igual que sentimental.

Pero Asher, él, simplemente él me hace sentir totalmente todo lo contrario.

Me hace sentir qué soy la persona más importante en su vida, la más hermosa y sobre todo me ve perfecta. Sabe todos mis defectos, problemas y aún así me ve perfecta.

Sus palabras aparecen en mi mente al pensar en todo lo qué el me hace sentir "Eres perfecta samantha, solo qué tú no lo ves..." En serio soy muy afortunada de tenerlo.

Papá estaba dormido en la sala, me acerqué y le coloque una manta sobre su cuerpo. Apagué la televisión y la consola de videojuegos, también las luces y subí a mi habitación.

Me di una ducha y me coloqué mi pijama. Me miré en el espejo y Dios mío, en serio ¿Llore tanto? Tenía mis ojos hinchados y un poco rojos, me aplique unas gotas para eso y me cepille los dientes.

Me encontraba acostada en mi cama mirando el pequeño solecito qué tenía entre mis manos.

Asher es tan tierno, me regaló algo tan especial, su manera de tratarme, de hablarme, de hacerme sentir especial, de darme esos detalles con su encanto Asher marcado en él.

Como el collar, es un pequeño solecito como él me dice "mi pequeño solecito". Me puse involuntariamente roja, menos mal él no podía verme justo ahora, estaría súper más roja todavía.

Intenté quedarme dormida y cuando ya casi lo lograba.

Sentí vibrar algo a mi lado, me levanté alterada por el ruido entonces miré hacia donde estaba mi móvil, lo tomé y vi qué tenía una llamada entrante de un número oculto. Con cierta desconfianza tome la llamada.

—¿Hola?—preguntó media dormida.

Me calme al escuchar una voz familiar al otro lado de la línea—Perdón por despertarte, mi solecito.

Sonreí y me senté en la orilla de mi cama mirándo mi pequeña cadenita.

—Aun no estaba del todo dormida—murmuro.

—Gracias—me dijo dulcemente.

—¿Gracias...pero porqué?.

—Por todo, por aceptar ser mi novia—sonreí al oírlo, no dejaba de emocionarme al escucharlo—Por tu lindo regalo.

Pude sentir mis mejillas arder, ¡Dios mío, hasta por el estúpido móvil puede hacerme eso!.

—Te sonrojaste, ¿No?—preguntó y casi podía ver su sonrisa formándose en su rostro.

—No—mentí descaradamente.

—Puedo saber qué mientes, hasta por el móvil—Me desmintió rápidamente.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora