•Capitulo 28•

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¿Podía empeorar más?

Samy Watson.

Cuando me desperté mamá no estaba, seguramente tenía trabajo.

No quería estar sola en casa, me daba un poco de miedo que me pusiera a sobrepensar, me hace mal eso últimamente.

Esquivar a Asher es un poco más fácil, ya que tiene sus redes de Instagram de adorno prácticamente.

Lo complicado era aquel sentimiento tan fuerte que siento, lo amo con todas mis fuerzas y me duele no estar con él justo ahora.

Tome mi móvil y le marque a Lucy.

Ya la extrañaba demasiado.

—¿Me extrañas? Por qué yo si y mucho—dice Lucy apenas contesta—Mas te vale extrañarme también.

Imposible no hacerlo.

—Obviamente que te extraño, demasiado—digo dejándome caer sobre mi cama—te extraño muchísimo.

—Es que es imposible no extrañarme—murmura con un tono engreído—pero, yo te extraño más. ¿Qué me cuentas? ¿Fran no está contigo?.

—No, debe estar en su casa supongo—respondo un poco desanimada, estar sola nunca me había parecido tan mala idea como ahora.

—¿Cómo fue el encuentro con tu madre?.

—Un poco extraño, pero al menos no fue tan malo.

—¿Extraño en que modo?.

—Galletas y siendo muy amable—digo, recordando como nos trató ayer a Fran y a mí—Se que suena bien, pero es extraño viniendo de mi madre. Con quién tuve una discusión la última vez que nos habíamos visto.

—No se Samy, seguramente quiere cambiar y ser más buena contigo, quiz...

De pronto no escuché más nada, si no un par de voces más y mucho ruido a través de la línea.

—¿Lucy?—solo podía oír, objetos cayendo al suelo y risas de fondo.

¿Pero que...?

—Samy, espérame tan tico—logre escuchar a Lucy y luego se escucho un grito.

—¡SALGAN YA DE MI HABITACIÓN!—aquel grito provino de Lucy y yo junto creo quien sea que estaba allá con ella dimos un respingo del susto.

—Si estás ocupada, podemos hablar después—murmuro, aunque no estoy segura de que me esté escuchando.

—¿Segura?—oigo preguntar a Lucy con voz ronca.

Después de ese grito, me sorprende que aún tenga voz.

Si, tranquila.

—Te llamaré luego, te quiero mucho Samy, disfruta tus vacaciones, adiós—y cuelga.

Mire la hora, no era tan tarde al menos. Tenía unas dos horas antes de qué llegué mamá.

Quise aprovechar la soledad, para revisar mi laptop. Quizás vea algún k-drama que me llame la atención o algo así.

Pero toda mi atención cayó sobre un anuncio el cuál tenía anclado en la pantalla.

una competencia para escritores novatos.

¡DIOS MIO COMO OLVIDE LA COMPETENCIA!

Tenías la mente en otros problemas.

Si, eso es cierto.

El Día En El Que Me Enamoré (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora