Two sisters, two sides. (O'Brien+Lachowski)

C3

A b b i e

—Pequeña aventurera— Me dice el chico misterioso sacandome de mis pensamientos—¿que harás ahora si no vienen a por ti?

—Calla, mi hermana ya está allí afuera pagando la fianza— Digo mientras señalo fuera del calabozo en el que estoy metida—, ¿y tú qué harás? Si no viene nadie te tendrás que quedar aquí, y aún me tienes que decir tu nombre.

—Tranquila, vendrán a pagar mi fianza, y en cuanto a mi nombre, dije que te lo diría si ganaba, y como no hemos ganado...

Aghhhhhhhhhh es insoportable este tío.

Un policía entra y dice:—Abigail Bridgewood y Francisco Lachowski, han pagado vuestra fianza, podéis iros.

—Así que Francisco...—Le digo con una sonrisa antes de que desaparezca por la puerta del calabozo detrás del poli.

Aunque no me reiría mucho... a saber qué me dice mi hermana..

Mierda, es verdad... Me va a matar, no quiero morir soy demasiado joven... Salgo del calabozo con todo mi cuerpo temblando de los nervios y el miedo de lo que mi hermana me esté apunto de decir. Logro divisar a Ellie hablando con un guardia muy sexy, no hay señales de Francisco, cuando mi hermana se percata de que ya estoy detrás de ella se gira, su cara da miedo, mucho miedo.

—Abigail Johnson Bridgewood, ya me estás explicando ahora mismo porque he tenido que venir a buscarte a la comisaría, ¡sólo tienes diecinueve años y ya te han abierto expediente!— Mi hermana enfadada puede llegar a dar más miedo del que me gustaría.

—Bueno... Verás... Yo... Fuiaunacarrerailegalconundesconocidoynospillaronyporesoestabaaqui— Lo último lo he dicho tan rápido que ni yo me he entendido, pero Ellie con su habilidad especial, seguro que lo ha entendido a la perfección.

—¿¡En que mierdas pensabas cuándo te has ido con ese tío de mala pinta que acaba de salir por la puerta!?- Dice ella muy enfadada señalando la puerta. Levanta la otra mano y por un momento creo que va a pegarme, pero no es así—Dejémoslo, este tema no se tocará nunca más, nada de esto ha pasado... Yo sólo he perdido seiscientos euros, pero no pasa nada—Dice con mucha ironía en su voz— Vamos, no tengo el coche, volveremos andando.

—Oh dios mio...— Odio hacer cualquier tipo de deporte, hasta caminar.

Mientras estamos dando un paseo para volver a casa, mi hermana me está diciendo que nuestros padres no se pueden enterar de esto- eso ya lo sabía- yo estoy pasando olímpicamente de ella, no puedo sacar de mi cabeza al tío el cual tiene la culpa de que haya estado ahí Aunque era sexy... Calla estúpida conciencia.

—Abbie, ¿me escuchas?— Dice mi hermana agitando una mano delante de mis narices— Digo que ya hemos llegado—Me giro y es verdad, ya hemos llegado a casa...

—Eh.. sí, claro... Oye, Ellie.