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E l l i e

Es por la mañana. O eso creo. Escucho un sonido cerca de mí, parecido al despertador, pero distinto. Me pregunto cómo y cuándo he puesto ese tono de alarma mientras me deshago de las sábanas y me froto los ojos. Camino hacia una mesa de estudio, miro el teléfono y me lo pongo en la oreja al mismo tiempo que bostezo.

-¿Sí? - digo al acabar de bostezar. Ni siquiera he mirado el número que me llama.

-Hola. - Escucho una voz familiar a la par que desconocida. Me pongo en tensión inmediatamente. - Comisaría de Policía - canturrean - ¿Elizabeth Brigdewood?

-Sí, soy yo. ¿algún problema?

-Ciertas irregularidades con el pago de una fianza. - Dicen. Yo resoplo.

-Um, sí, vale. ¿En serio? - El tipo que está al otro lado de la línea de teléfono hace un ruidito que me tomo como un sí. - Mierda.

-Bueno, puede solucionarse. - Hago una mueca. - Puedes venir antes de las seis. Lo único que tienes que hacer es pagar a mayores una cantidad que no suele pasarse de los mil dólares.

-¿¡Mil dólares!? - Exclamo demasiado alto, lo suficientemente alto para que mis padres me escuchen. Al poco rato, mi madre aparece por la puerta, lo cual me indica que aún no se ha ido a trabajar.

- ¿Con quién hablas, Ellie?

-Es un amigo. - Contesto. Mi madre asiente con lentitud y cierra la puerta. Escucho que el chico del teléfono se ríe. - ¿No puede ser menos?

-Si no quieres pagar los mil dólares...Puedes ir a jucio, el cual probablemente perderás, irás a la cárcel y te pasarás allí unos meses, los suficientes para corromperte y para salir luego, cometer un asesinato de segundo grado y volver a la cárcel. - Me sujeto el tabique de la nariz con los dedos y suspiro. Él añade:- Pero siempre podrás chupársela a alguien.

Sonrío al identificar al desconocido que me llama desde comisaría. Es el tal Dylan.

-Tienes una fijación severa con...eso.

-Vale, puede ser -dice entre risas - Van a matarme si me ven hablando tanto... En fin. Pásate por comisaría y veremos en cuánto se queda la multa. Gracias por su paciencia, supongo.

Y cuelga. Yo hago lo mismo y salgo pitando de mi habitación para ir a la de mi hermana. Va a enterarse de lo que es bueno, y me da igual si nuestros padres se enteran de que ha estado detenida porque yo la perdí de vista y no la busqué hasta horas después. Tiene la puerta cerrada a cal y canto, pero entro haciendo ruido. Está dormida,así que me pongo a agitarla para que se despierte.

-¡Abbie, maldita! - grito-¡Me debes mil seiscientos dólares!

Gruñe. Al ver que se gira y me da la espalda, me voy dando un buen portazo. Que la den.

***********************************

Esta comisaría siempre está abarrotada, aunque es un poco obvio, porque es la comisaría que está más cercana al centro de Nueva York. Suspiro varias veces mientras espero en una cola interminable mi turno para pagar lo que quiera que tenga que pagar. Echo un vistazo por la comisaría y entre los pequeños escritorios separados por mamparas identifico al señor que ayer estaba en la ventanilla de las finanzas. Cruzo una mirada rápida y él se levanta. Giro la cabeza con la esperanza de que no sea verdad que viene hacia mí, pero al mirar hacia otro lado me topo con otro policía. Trago saliva en cuanto me cogen del antebrazo.

-Acompáñeme, señorita. - Dice.

Obedezco y camino con los dos policías hasta una sala pequeña, una especie de despacho. Hago todo lo que me dicen: me siento, dejo el bolso en la mesa, no digo nada si no me mandan, firmo unos papeles, suelto ochocientos veinte dólares y asiento con una sonrisa cuando me dicen que no vuelva a hacer algo así. Después me dejan salir de la sala delante de ellos. Suspiro y me dejan sola en un pasillo de muchos metros de largo, cerca de unas celdas donde hay unos drogados que dan realmente miedo.

Camino por donde he venido, muy rápido, pero me paro en seco cuando veo a varios policías agolpados cerca de una puerta, obstruyendo el paso. De repente veo que dejan paso a alguien, ese alguien es Dylan. Pensé que con su edad no podría ser más que un agente, pero parece alguien importante. Me acerco con lentitud y me sorprendo aún más al ver al chico con el que estaba mi hermana anoche saliendo de la sala, esposado, detrás del policía.

Y mi primer impulso es coger el teléfono y decírselo a Abbie.

"He visto al chico de ayer con esposas en comisaría y le acaban de interrogar. ABBIE NI SE TE OCURRA IR CON ÉL. TE CONOZCO. "

Pongo lo último en mayúsculas para intentar advertirla de que si lo hace podría acabar colgada del techo. Me pongo en marcha y veo otra vez a Dylan, hablando con más agentes. Quiero irme de aquí ya, así que no me detengo, y justo cuando paso por el umbral de la puerta, alguien me alcanza.

-¿Ya has pagado la multa?- me dice alguien con una voz conocida. En efecto, es Dylan. Puede que estemos empezando a acosarnos mutuamente.

-Sí. - le sonrío. Me abre la puerta y me deja pasar. Lleva una carpeta en la mano - Gracias.

Me devuelve la sonrisa. -De nada.

-¿Es común reincidir en menos de veinticuatro horas? -pregunto, tan de golpe que sorprendo a Dylan.

-¿Por qué lo preguntas? Si es por venir a comisaría, o para verme, puedes entrar sin problemas. - Contesta entre risas. Niego con la cabeza. - ¿No es por eso?

-Lo digo por ese chico... Eh... Chaikosky...La...Lachowski. - Inmediatamente hace mala cara. - ¿Es confidencial o algo?

-Algunas cosas, sí. Es un caso que va... a peor. Soy idiota, no sé por qué te cuento esto. - Se ríe con amargura, agachando la cabeza. Entonces es cuando pienso que es tío más adorable que he visto en años. - De momento no es más que un simple delincuente, pero sí que ha reincidido varias veces. Es sospechoso de varios robos.

-Entonces es peligroso...

-Obviamente, sí. Todos los delincuentes son peligrosos, unos más que otros, pero lo son. -caminamos despacio, los dos con las manos en los bolsillos, él en los de su cazadora y yo en los del pantalón. Hay un silencio algo incómodo y observo mientras mira el reloj de su muñeca. - Oye... ¿te apetece tomar un café?

Empieza el debate interno que siempre tengo cuando me hacen este tipo de preguntas. Mi yo antipático dice que rechace la oferta, que me vaya dando una excusa pobre; pero mi yo verdadero pide a gritos que diga que sí. Es policía, simpático, guapo y tiene un rolex... Piendo en lo que dijo mi hermana y después de un rato, suelto:

-Sólo si me cuentas que es de ese tal Francisco. ¿Trato hecho?

-Vale. - Me tiende la mano y se la estrecho. - Pero tú invitas.

Sonrío y él me guiña un ojo. Vamos paseando hasta una cafetería no muy lejos de una parada de metro.

Primera primerísima nota de la(s) autora(s)
Hola! Somos dos chicas -Elsa y Ana lol-, y nos turnamos para escribir capítulos, algo muy innovador (???????) Así que los capis de Ellie pertenecen a Elsa y los de Abbie a Ana (obv) y... estamos muy ilusionadas con esta novela/fic ✨

Esperamos que os guste, que votéis ☆ y comentéis!!

Un abrazo telepático de parte de estas dos maravillosas y muy honestas servidoras *emojidetipamuysassy*

Two sisters, two sides. (O'Brien+Lachowski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora