Fourteen

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El sol apareció de repente por el ventanal que Damon Salvatore tenia en su habitación. Brooke disfruto lo cómoda que era la cama del vampiro, sus sábanas estaban envueltas en ella como también el brazo de Damon y si no hubiera recordado las personas que saldrían lastimadas o odiarían lo que estaba haciendo seguramente nunca se hubiera levantado rápidamente sin despertar a la persona a su lado.

Está miro la hora en su teléfono y maldecía por no haberse levantado antes. Desde que era pequeña recordaba el horario que su hermano siempre despertaba y hasta ahora no lo había cambiado.

Rápidamente se puso el vestido juntando toda sus cosas, la peluca de su amiga y sus tacones eran llevadas por sus manos. Lentamente camino hacia la puerta sin hacer un solo ruido, abrió la puerta sin dejar de ver al vampiro que dormía plácidamente en la cama y no pude evitar sonreír al verlo así.

Cuando finalmente salió, giró para comenzar su salida de la casa pero cuando lo hizo se encontró a Stefan recién despierto. Está recorrió con la mirada la vestimenta de Stefan, quien llevaba solo un pantalón de dormir, el por su lado también lo hizo y soltó una risa.

—¿Estoy loco o te vi salir de la habitación de mi hermano?— la morada iba hablar hasta que escucho una voz proveniente de la habitación de Stefan.

—Stefan, me falta un zapato, ¿lo has visto?

Rebekah le sonrió a la morada y luego se giró a ver a Stefan quien suspiro y saco el zapato que tenia escondido detrás de él.

—Hasta luego— la rubia salió de la casa con una gran sonrisa sintiendo la mirada estupefacta de Brooke.

—Puedo explicarte— habla Stefan hasta que nota también la vestimenta de Brooke— Aunque tu también debes explicarme.

—Yo nunca te vi y tú nunca me viste.

—De acuerdo— el castaño acepta y Brooke camina hacia la salida— Minion, solo una pregunta.

—¿Que?— la morada se detiene en la puerta a ver a su amigo.

—¿Debo llamarte cuñada o...— la morada lo fulminó con la mirada, giró su cabeza para evitar que su amigo viera su sonrisa y salió de aquella mansión lo más rápido que pudo.

...

Brooke estaba segura que las personas que se la encontraron en el camino habían creído que había escapado de su propia boda o que la habían dejado plantada en medio del altar. Si solo supieran que se había ido luego de tener la mejor noche de su vida.

Estaba en la puerta de su casa rezando que su hermano no estuviera despierto aunque era mucho pedir. Abrió la puerta lentamente sin hacer ningún ruido, miro para los lados deseando no encontraste a Jack y cuando estaba a punto de respirar, al cerrar la puerta escucho su nombre.

—¿Brooke?— por suerte supo que no era su hermano— ¿Acabas de llegar?

—Jenna— Brooke suspira antes de darse media vuelta y encontrarse a Jenna con una camisa de Jack— ¿Buena noche?— Jenna bajo la camisa más abajo incómoda.

—Me quedé a dormir. Era muy tarde— Brooke ríe mientras asienta e intenta escapar del posible interrogatorio— Espera— Brooke se detiene justo en los primeros escalones de la escalera para luego girarse y ver esa cabellera roja— ¿En dónde te quedaste anoche?— Brooke no iba a mentirle, con Jenna sabía que no debía, la conocía más que a nadie— Con eso fuiste al baile.

—Si— contesta Brooke mientras se acomodaba el vestido.

—Traes la misma ropa de ayer— la morada solo asintió— Y vienes a esta hora.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 | 𝙳𝚊𝚖𝚘𝚗 𝚂𝚊𝚕𝚟𝚊𝚝𝚘𝚛𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora