Visitar el templo durante la tarde se sintió completamente distinto a su última visita nocturna, sobre todo porque, esa vez, el murmullo de los visitantes del templo elevando sus plegarias era bastante audible. El pequeño templo había estado bastante concurrido pero, aún así, Rein había dispuesto todo para que, tanto ella como su hermano, tuvieran el tiempo suficiente para poder ayudarlas. Por eso, apenas llegaron a la entrada del templo, vieron a algunos ayudantes con los que no se habían topado en anteriores visitas orientando al resto de los asistentes al templo, mientras Zafira las esperaba en la entrada.
Tanto Nanoha como Hayate se habían saltado las clases de ese día para poder acompañar a Fate en su visita al templo. A pesar de que la curiosidad las estaba matando, Zafira no había dado indicios de indicarles cómo tenían pensado ayudar a Fate. Tan solo les había dicho que, cuanto estuvieran todas en el lugar, irían hasta la sala donde ya Rein estaba esperando, sin mayor explicación.
Los minutos pasaban lentamente a medida que la impaciencia en sus corazones crecía. El día anterior, Rein había hablado por algunos minutos más con Alicia, una vez la jovencita se encontraba más calmada, pero a pesar de la serena explicación de Rein referente a lo que estaba sucediendo con Fate y por qué debía ayudarla, aún Alicia podía haberse retractado. Quizá en la noche, luego de analizar con más calma lo que había sucedido, había llegado a la conclusión de que todo era demasiado para ella. O su desconfianza había regresado aún más fuerte que al inicio y decidió a último momento no encontrarse con ellas en el templo.
De momento, sólo un débil hilo de esperanza era lo que las mantenía aún expectantes a la aparición de Alicia.
Y luego de unos largos 30 minutos, que se sintieron como horas y las tenían al borde de darse por vencidas, la adolescente se acercó corriendo hacia la entrada del templo.
— Lo siento — se disculpó al verlas — Me retrasé un poco por las clases.
Después de una breve presentación, Zafira les hizo una señal para que lo acompañaran a adentrarse en el templo. Se dirigió a una de las edificaciones anexas al recinto principal, y abrió una de las puertas corredizas para dejarlas a entrar a una pequeña estancia, en donde ya Rein las estaba esperando.
La sacerdotisa estaba sentada frente a una mesa, con un traje ceremonial blanco, descalza y con los pies bien plantados en el tatami de esa habitación. La estancia no era iluminada directamente por la luz natural así que, para ahuyentar la oscuridad total del espacio, habían dispuesto algunas lámparas de aceite ubicadas estratégicamente para proporcionar una tenue iluminación. Rein las saludó con una leve inclinación de cabeza al verlas ingresar a la habitación pero, por lo controlada que parecía ser su respiración, era bastante evidente de que la mujer estaba bastante concentrada.
Mientras Zafira se acercaba a un estante, tomando un recipiente de uno de los pocos estantes de la habitación y vertiendo una corta cantidad de ese contenido en un taza, intentó explicar un poco en qué consistiría el ritual.
— La mediumnidad no es algo que se vea frecuentemente — empezó a decir Zafira, provocando un estremecimiento entre las mortales muchachas — En el sacerdocio hay muy pocos, y es un don que, entre familias, puede saltarse por algunas generaciones. En el templo, somos afortunados de que Rein haya heredado el don de nuestros ancestros y pueda actuar como un recipiente momentáneo para los espíritus. Por eso, este día Rein actuará como un canal, para que Fate pueda hablar con su hermana. Toma — pidió, extendiéndole la taza a su hermana — Bébetelo todo. Y no lo escupas — agregó, al ver su cara de desesperación.
Rein, con confianza, se había intentado beber el escaso contenido de la taza de un solo golpe. Al darse cuenta de su error, y sentir como el líquido le escocía en la garganta, su primer reflejo fue el de escupir el líquido, lo que hubiese hecho si Zafira no la hubiese detenido. Con dificultad, y con el ligero brillo de las lágrimas asomándose por las comisuras de sus ojos, tragó.
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Espectral (¡Mi fantasmal historia de amor!) NanoFate
FanfictionDespués de tanto ahorrar, Nanoha había logrado mudarse a un pequeño departamento que le daría la privacidad y tranquilidad que su vida de universitaria requería. El precio de la renta era una ganga, pero todo parecía estar en orden. Lo que nunca se...