Cayó de bruces contra el suelo. La caída fue tan inesperada que no alcanzó siquiera a extender sus brazos, por lo que ahora reposaba en el suelo en una pose para nada femenina mientras intentaba comprender lo había pasado.
Lo último que había sentido era como si un vórtice la hubiese tragado y, luego de algunos segundos en los que se mantuvo cegada por la luz, literalmente el vórtice la había escupido en ese lugar. Escaneó con sus ojos burdeos el lugar, y no pudo evitar sentir una cierta familiaridad extraña con cada segundo que pasaba. A su lado, Rein le extendió una mano para que pudiera levantarse, la cuál la tomó gustosa.
Mientras era ayudada por la sacerdotisa se dió cuenta de que, para tomar la mano de la mujer, no había concentrado su energía. Simplemente había estirado su mano de manera inconsciente. En una situación común, Rein no tendría que haber sido capaz de tomarla de la mano como lo estaba haciendo en ese instante. Fue en ese momento en el que miró con mayor detenimiento a su acompañante, solo para descubrir que a Rein también la rodeaba una especie de luz similar a la que usualmente rodeaba su ser, con la única diferencia de que, la luz de Rein, era más luminosa en comparación a la apariencia mortecina de la suya.
— ¿Te moriste por mi culpa? — preguntó asustada Fate, terminando de incorporarse.
Rein dejó escapar una carcajada antes de contestarle.
— No ¿Cómo crees? jajaja — rió la sacerdotisa — Esto que ves de mí es una proyección astral de mi alma. Estamos en un plano espiritual distinto, donde podemos acceder a tus recuerdos.
— ¿Estamos dentro de mi cabeza? — inquirió Fate, sorprendida mientras miraba con curiosidad a su alrededor.
— No necesariamente Fate — contestó Rein — Es complicado de explicar. Si se te hace más fácil puedes considerar que sí es como si estuviésemos en tu cabeza, pero la verdad estamos en una proyección espiritual de tu pasado. Nadie puede vernos en este plano, pero tú sí podrás ver tus recuerdos como si estuviesen ocurriendo otra vez, solo que esta vez, serás una espectadora. Bueno, al menos eso era lo que decían las escrituras que usamos para preparar el ritual.
— Es fascinante — murmuró Fate, aún sorprendida.
— Sí, ¿Verdad?. Nunca pensé que tuviese que hacer este ritual alguna vez en mi vida. Creo que soy la primera en unas cuantas generaciones que lo hace — comentó Rein, sin poder evitar emocionarse ante el acontecimiento — En fin, ahora, si te concentraste lo suficiente al inicio del ritual deberíamos de estar en este lugar por una razón.
— Este lugar se me hace familiar — afirmó Fate - Pero aún no recuerdo por qué.
— ¿Y si exploramos un poco? — sugirió la mujer de cabellos plateados — Deja que tu intuición te muestre el camino.
Haciéndole caso a la mujer, permitió prácticamente que sus pies se movieran solos por las calles de su recuerdo. Llevaban apenas unos pocos minutos caminando cuando una visión de dos figuras que se acercaban hacia ellas la hizo detenerse bruscamente.
Era ella. Algunos años más joven, pero definitivamente podía reconocerse a sí misma. Un pantalón de vestir negro, con zapatos del mismo color, eran complementados con una sencilla camisa de botones blanca que lucía algo desarreglada. Caminaba cabizbaja, tomando de la mano a una niña con la que compartía el mismo color de cabello, y los mismos ojos borgoña.
— Alicia — murmuró Fate, recordando con claridad — ¡Es mi hermana Alicia!
Tenía una hermana
Ahora podía recordarlo.
La Fate del pasado caminó hasta una banca de madera, y, haciendo su mejor esfuerzo para sonreír, se agachó ante la niña y le pidió que la esperara sentada en ese lugar. El rostro compungido de la niña, con marcas debajo de sus pequeños ojos burdeos, eran la prueba fehaciente de que había estado llorando antes.
ESTÁS LEYENDO
Espectral (¡Mi fantasmal historia de amor!) NanoFate
FanfictionDespués de tanto ahorrar, Nanoha había logrado mudarse a un pequeño departamento que le daría la privacidad y tranquilidad que su vida de universitaria requería. El precio de la renta era una ganga, pero todo parecía estar en orden. Lo que nunca se...