O4 | Nos veremos, capi

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Sentía una cierta furia hacia su madre

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Sentía una cierta furia hacia su madre. Después de tantos años, tras todo lo que le hizo a su familia, ¿quería volver? No le fueron necesarias las palabras para saber que Elizabeth había tratado de contactar con su padre y, el peor de los casos, perseguirlo por la calle.

Su sentimiento de culpabilidad creció dentro de él. Debía haber hablado con su padre antes de reaccionar de la manera en la que lo hizo. Marcus no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo; se había esforzado demasía en alejar a la mujer y darle una mejor vida a su hija.

Cruzó sus brazos sobre su pecho y respiró un par de veces. Debía calmarse y no volver a dejarse llevar por sus sentimientos. En ese momento, debía de ser razonable y pensar con claridad.

Ahora entendía por qué su padre quería marcharse de Oxford, aquella ciudad que los había acogido y había sido su hogar durante tantos años. Aparte de los motivos laborales, el hombre no quería seguir allí.

Aquel no era su hogar, el no pertenecía a la ciudad y, sumándole los problemas recientes con su exmujer, ansiaba con aún más ganas regresar a su lugar natal.

—De verdad que lo siento, papá —volvió a disculparse, ganándose una mirada apena de su parte —. Tú no tienes la culpa de nada de esto. Solo quieres rehacer tu vida y estar tranquilo. Y eso lo comprendo —lo miró fijamente —. Sé que Elizabeth es mi madre, a la menor biológica —hizo una pausa —, pero si te sigue causando problemas: no te los calles.

El hombre solo asintió.

—Lo digo enserio.

Marcus hizo un ruido afirmativo con su garganta y, de nuevo, asintió. Sabía que su hijo tenía razón, toda la que podía tener. Esa era la mejor solución. Tal vez una orden de alejamiento lo dejaría vivir más tranquilo, pero él no se veía lo suficientemente valiente como para hacerlo.

Mayne solo veía a su padre con tristeza, conocía bien lo que pasaba por su mente. No estaba listo, no todavía. Necesitaba más tiempo para olvidarla, aunque hacía años que esa mujer dejó de tener vital importancia en sus vidas.

Él no lo presionaría ni nada parecido. A una persona que conoces de toda una vida no se la olvidaba del día a la mañana. Su historia venía de muchos años atrás, ambos se conocieron jugueteando en las calles de aquella urbanización alejada de toda la ciudad. Más que una zona urbanística, parecía un pequeño pueblo costero.

Llevaban juntos desde bien pequeños, siendo siempre inseparables. Asistiendo a las mismas clases, salvo cuando entraron a su último año de preparatoria, que fueron separados.

Cualquiera diría que aquellos dos jóvenes estaban enamorados y aquello, aunque se lo negaran, era más que cierto. Apenas estaban empezando a descubrir sus sentimientos; habían florecido mucho atrás, solo debían encontrarlos.

El día del decimoséptimo cumpleaños de la joven, Marcus le había preparado una gran sorpresa. Sabía lo mucho que a su amiga le gustaban las puestas de sol y, que mejor que pedirle ser su novio, viendo uno. Con ayuda de sus amigos, dejó preparado un pequeño picnic y la sorpresa escondida tras los matorrales del comienzo de la reserva de la playa.

AMOR VINCIT OMNIA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora