𝐀𝐕𝐎 | "El amor lo vence todo"
Chiara se odiaba a sí misma. Para Mayne, ella era perfecta en todos los sentidos.
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Chiara tubo un duro pasado y una mala experiencia en el amor, para ella estaba todo perdido en ese campo. Y, por si fuer...
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Había acordado con su familia y amigos que nadie avisara a Mayne de su despertar, incluso había hecho jurar a Marcus que no soltaría nada. Igual sonaba un poco mal todo lo que la chica había preparado, pues, al fin y al cabo, ocultarle la verdad al joven no arreglaría su sufrimiento.
Debía esperar a poder salir del hospital para contarle todo, por lo que el día que le dieron el alta, se arregló y corrió hasta la casa del chico. Sentía sus manos temblar y su corazón bombear con fuerza. Pasó sus dedos suavemente por la cicatriz y suspiró antes de tocar el timbre.
—¡Mayne, ¿puedes abrir tu?! —se escuchó un grito, antes de que alguien tomara unas llaves y comenzara a abrir la puerta principal de la casa. Chiara sonrió una vez vio el cuerpo del inglés delante de ella.
Los ojos azules eléctricos de Mayne recorrieron el cuerpo de la italiana atónico. Pestañeó unas cuantas veces, tratando de asimilar que era ella de verdad. Había soñado tantas con ese reencuentro que, en el momento que la tuvo enfrente, no era capaz de asimilarlo.
—¿Ara? —ella solo asintió frenéticamente.
Rió con fuerza al sentir como Mayne la abrazaba con fuerza, liberando todas esas lágrimas acumuladas. Poco le concernía si mojaba la chaqueta de la chica, solo importaba que ella estaba allí con él. La agarró por los hombros, observando su rostro en busca de cualquier anomalía, antes de sonreír y acércala para unir sus labios en un beso que lo decía todo.
Habían tardado mucho en encontrarse, pero, al final, sabían que estaban hecho el uno para el otro.
—No sabes lo mucho que agradezco que Devin nos presentara aquella noche —sin querer separarse, volvió a dejar un casto beso sobre los rosados labios de Chiara, haciéndola sonreír —. ¿Qué hubiera sido de mí si no te hubiera llegado a conocer?
—Simple —asintió ella —. Estarías perdido buscándome, Ajax.
Mayne rió con sorna, pegándola aún más a su cuerpo.
—¿Tan segura estás, Menna? —Chiara rió, besándolo como respuesta.
