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Hanbin se sentía tan valiente luego de haberle dicho aquellas palabras al chico de la ventana.

Su constante estrés, luego la discusión con su madre y finalmente su ataque de pánico en la casa de la señora Kim (Lo cual vino después del vomito), habían hecho de su día un asqueroso día, y es por esto que, el hecho de estar hablando con un completo desconocido sin tartamudear (aunque parecía algo muy simple para otros) logró que su día dejara de parecer una completa mierda.

Pero fue la voz contraria lo que hizo que su día realmente dejara de ser tan malo.

"Imaginé como sería tu voz pero jamás, jamás, la imaginé así"

Su voz era tan... vaya, Hanbin no sabía como describir eso. Solo podía decir que lo hacía sentir de una forma increíble, como en su heladería favorita o en un concierto de la orquesta filarmónica.

Hanbin sonrió.

"Oye, s-sé que ya te lo había dicho, pero tu sonrisa es, en serio, muy linda" Le dijo Zhanghao con los ojos brillando de emoción.

"Técnicamente lo escribiste."

"Escrito o no, sigue siendo linda."

Fue entonces cuando Hanbin levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los ajenos. Por primera vez en su vida, el hecho de estar mirando fijamente a alguien a los ojos no le molestó. Al menos no de inmediato. Por unos pequeños segundos, se fijó en los ojos del otro, notando lo marrones que estos se veían. Luego de unos diez segundos se sintió incómodo, como siempre, así que desvió la mirada y borró la pequeña sonrisa de su rostro, comenzando a chasquear los dedos.

"Tu cabello es realmente peculiar" Zhanghao se lo dijo mientras lo señalaba, no tan notoria esa acción "Me gusta, ¿me lo prestas algún día?"

Hanbin frunció el ceño confundido. Aquel chico debía de ser estúpido o algo así. Una persona jamás podría prestarle su cabello a otra. Era imposible. Y mucho menos solo por un día... y si lo hacía ¿qué cabello usaría él? ¿Tendría que quedarse calvo durante un día o él también le prestaría su cabello?

"Hmm, lo siento, ¿te he ofendido?" Preguntó algo preocupado al no ver respuesta del otro. Lo menos que quería hacer era darle una mala impresión al chico de la ventana.

"No, no me has ofendido. Es solo que no puedo prestarte mi cabello. Es... imposible"

"Oh, Tranquilo. Solo estaba jugando, chico de la ventana. No te lo tomes tan literal"

Fue entonces cuando Hanbin comenzó a reír como un loco. Rió y rió, sujetándose el estomago hasta que por fin logró recuperar el control y volver a mirar al chico, aún con una sonrisa en los labios.

Zhanghao estaba confundido.

"Bueno" rió poquito "sé que soy un payaso y que mis chistes no pueden igualarse, pero no he dicho nada gracioso esta vez."

Claro que si" Contestó Hanbin con los ojos iluminados.

"Pero... en serio, no he dicho nada"

"Dijiste que no me lo tomé tan literal" Reveló, una carcajada amenazando con salirse por entre sus labios.

"¡¿Y eso te causa gracia?!"

"Es que no puedo dejar de tomarme las cosas a lo literal, chico de la ventana"

"¿Por qué?" Preguntó, con algo que Hanbin de inmediato reconoció como curiosidad.

Fue entonces cuando el chico peliazul comenzó a contarle su historial médico a el chico de la ventana, esperando a cada segundo que este saliéra corriendo y no le hablara nunca más. Pero él permaneció allí, escuchándolo atentamente, sintiéndose mal por le decían.

The window boy - HAOBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora