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A la mañana siguiente, lunes, Zhanghao despertó bastante tarde. Hanbin estaba profundamente dormido entre sus brazos, evidentemente cansado por todo lo sucedido en el concierto el día anterior.

Cuándo el azabache miró su reloj casi se va de luces por la velocidad en la que se levantó. Por alguna razón las alarmas no habían sonado (O no las había escuchado) y gracias a eso ahora tenía menos de dos minutos para irse ya que las clases empezarían en diez.

Entró al baño rápidamente y se vistió a una velocidad sorprendente, no preocupándose de que su ropa combinara o de que al menos estuviese limpia. Su cabello era un desastre total y ni siquiera recordó besar castamente los entreabiertos labios de su novio antes de salir de la habitación.

Se dirigió al auto sin siquiera desayunar.

Gruñó mientras conducía en dirección a su escuela. Por como había comenzado, aquel día sería un mal día y claramente no se equivocaba.



L

a profesora de Cálculo por suerte estaba enferma, lo que le dio a Zhanghao dos horas de libertad. Gyuvin compartía esa clase con él mientras que Ricky estaba en sus aburridas clases de historia con una profesora tan vieja como las pirámides egipcias.

Zhanghao y Gyuvin se sentaron en las gradas del gimnasio durante esas horas, descansando, observando a las de segundo año dar vueltas por la pista... O bien, Gyuvin las miraba. Zhanghao estaba demasiado agotado como para abrir los ojos.

Además, ver unas chicas corriendo no eran de su agrado.

Gyuvin, en cambio, seguía viendo lo atractivas que se veían, así que se permitía el placer de mirar mientras Zhanghao descansaba sobre sus piernas, bostezando sonoramente sin poder conciliar el sueño. Lo cierto era que, después de un mes durmiendo entre los brazos de Hanbin, con su aliento rosando su cabello y escuchando los irregulares latidos de su corazón, cualquier otra superficie le resultaba incomoda.

"¿Qué tal te fue ayer, Hao Hyung?" Mirar a las de segundo ya comenzaba a aburrirlo. Era más divertido ver a Ricky dormir.

El chico sonrío ante la pregunta de su amigo al recordar todo lo del día anterior.

"Me fue muy bien. Los chicos de Zerobaseone son muy guapos y agradables..."

Zhanghao sonrió y suspiró, el eco del silbato del profesor rebotando en las paredes.

"Hanbin estaba tan feliz." Dijo aún con los ojos cerrados, recordando el hermoso rostro de su novio, su sonrisa ensanchándose "Era como si... como si Ricky y tú conocieran a Eminem."

"Wow, eso se escucha intenso."

"Lo fue" Coincidió "... Los nueve chicos parecen irreales, Gyuvin, y tienen cuerpos increíbles, pero... en ese momento solo tenía ojos para Hanbin. Esos chicos podrían haberse desnudado y yo lo habría seguido mirando a él y solo a él... Es tan hermoso verlo sonreír." Suspiró, sonriendo poquito después.

"Es como si los demás en el mundo no importaran... Es raro, pero es así. Cuándo estoy con él es como si- Estoy seguro de que ya has sentido esto estando con Ricky, pero hoy necesito hablar y, no lo sé, tú pareces estar bastante atento y... bueno, debo admitir que lo deseo." Dijo mirándolo a los ojos.

Gyuvin lo miró con los ojos abiertos al escuchar esto último. No por la frase dicha, si no por la forma en la que lo dijo. Zhanghao se sonrojó de inmediato, pero no retractándose de lo dicho. Es más, estaba dispuesto a seguir.

"¿Puedo preguntar de donde han salido tus ganas de hablar de eso? Digo, digo... lo estoy diciendo de buena forma."

"Calla y solo escucha." lo miró serio "Es decir, veo su cuerpo y solo puedo imaginarme tocándolo... Pero cuando sonríe o cuando pone esa carita de bebé confundido, o cuándo sus ojos se iluminan al hablar de algo que le gusta... Cuándo lo veo hacer eso solo quiero abrazarlo. Abrazarlo y no soltarlo jamás. Ni desvestirlo, ni besarlo. Solo abrazarlo hasta el fin del mundo... Es como si..."

The window boy - HAOBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora