The window boy - HAOBIN

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Hanbin se sorprendió bastante al abrir los ojos y descubrir que estaba en una sala de hospital en la que nunca antes había estado.

También se sorprendió al darse cuenta de que tenía nauseas y mareos, muy típicos en él después de que se le aplicase anestesia general...

<< ¿Anestesia general? >>

Aquello tenía que ser una broma...

Sintió un agudo dolor en el abdomen cuando intentó sentarse, un leve jadeo escapando por sus labios después así que desistió y se tumbó de nuevo sobre la cama.

Cuándo inspeccionó su cuerpo con sus manos se detuvo en el vendaje que abarcaba toda su zona abdominal.

<< ¿Acaso era posible que...? >>

No pudo terminar sus pensamientos, pues una enfermera había entrado a la habitación y había comenzado a llamar al doctor Bae, a los médicos y a sus compañeras de trabajo a través de su intercomunicador contándoles que Hanbin había despertado.

—

Su corazón estaba cediendo. Se hacía débil cada día, pero los médicos aún creían en una especie de milagro. Pero, en caso de que ese milagro no sucediera, los médicos y padres de Hanbun determinaron que hacerlo apto para un trasplante de corazón era una prioridad, así que el primer paso era un trasplante de riñón que tenía la gran probabilidad de ser rechazado de nuevo.

Había estado inconsciente tres días antes de la cirugía, y dos días más después de esta. Al día siguiente de que Hanbin abriera los ojos, los doctores (Entre ellos el padre de Irene, quien no había participado abiertamente de la cirugía pero se había asegurado de que todo fuese bien) se dignaron a explicarle lo sucedido, de cómo se había desmayado en medio de la sala de espera de su psicólogo y en cómo lo habían trasladado días antes a un hospital con mejor tecnología que el del doctor Bae para que se realizara su trasplante.

En la primera persona en la que pensó fue en Zhanghao y el hecho de que su novio podía... no, no podía. Zhanghao seguramente estaba preocupado por él. Su corazón era tan hermoso que podía preocuparse por una pequeña hormiga aplastada.

Habló con sus padres, sus hermanos e Irene ese día. Nada importante, solo cosas estúpidas que habían sucedido esos días como divertidas cenas en familia o los divertidos dibujos de su amiga con los cuales Jiwoong había llenado las paredes de su habitación.

No le devolvieron su teléfono hasta la tarde del día siguiente. En cuánto lo tuvo entre manos le dijo los presentes que salieran de la habitación, alegando que necesitaba algo de privacidad después de haber estado con ellos más de un día entero.

Pensó en llamar a Zhanghao, pero sabiendo que su madre probablemente estaba escuchando a través de la puerta, decidió solo enviarle un mensaje para que dejara de preocuparse como seguramente lo estaba haciendo.

Oh bueno, quería creerlo.

Estuvo mordiendo su labio durante cinco minutos pensando en cuál sería el mensaje perfecto hasta que lo decidió. No podía ser solo perdón, porque eso no explicaría su ausencia, y aunque planeaba que él le respondiera y tuviesen una larga conversación, Hanbin deseaba que un solo mensaje reflejara todo lo que había sucedido, y así fue como vino la gran idea:

Adivina quien tiene riñones nuevos...

Gruñó cuándo vio su mensaje ya enviado. Tal vez había sido una mala opción colocar solo eso.