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Hanbin no se había preocupado más de lo necesario cuándo Zhanghao dejó de contestar a sus mensajes.

Pensó que probablemente se había quedado sin bateria, o que el receso había terminado, o que Gyuvin había comenzado a acosar a Ricky más de la cuenta y había tenido que interponerse para evitar que cometiera una locura.

Jamás imaginó que Seokmin podría haberlo golpeado... Según le había contado Zhanghao a través de mensajes, el chico y su amiga no habían vuelto a molestarlo. Y cómo el dejar a Zhanghao en paz parecía haberse convertido en una rutina, el chico peliazul simplemente respiraba hondo, no recordando que el hecho de tener que seguir una rutina no obligaba a los demás a hacerlo.

Toda la paz en sus pensamientos fue interrumpida por los gritos de su madre provenientes del piso inferior.

"¡Sung Hanbin, baja ahora mismo!"

Bajó lentamente las escaleras, procurando no apresurarse, sintiendo dolor en sus costados y a su corazón agitarse con el simple esfuerzo que conllevaba descender los escalones.

Cuándo llego a la base de la escalera estaba completamente agotado, pero a Sunmi no pareció importarle, pues de inmediato llegó hasta él con Taerae y Matthew más atrás, tomados de las manos, sonriendo como si aquello fuese un chiste.

La miraba de su madre era de rabia absoluta.

"¡¿Por qué no me lo dijiste?!"

Él intentó responder, pero tenía la boca seca, el corazón acelerado y los pulmones le dolían en un esfuerzo de conseguir oxigeno, así que lentamente se sentó sobre el ultimo escalón de la escalera y colocó su cabeza entre sus piernas, tomando aire, intentando que su corazón trabajara correctamente y evitar un desmayo por falta de oxigeno.

"¡¿Por qué no me dijiste que estos dos son unos estupidos gays?!" Dijo alterada, no retractándose de lo dicho.

"Más respeto, señora Sung. Usted sabe que la quiero mucho, pero mi novio no es estúpido. Tiene uno de los mejores promedios de la clase" Hanbin logró escuchar a Matthew, su diccionario mental identificándolo como enojado. Aunque algo no parecía encajar. ¿Era aquello orgullo?

"¡Silencio, Matthew! ¡Solo estás confundido, no lo llames así!"

"Señora, con todo respeto, la única confundida aquí es usted." Dijo Taerae, mirándola impasible. El joven desvió la mirada hacia las escaleras y se acercó a donde su amigo estaba. Le sonrió poquito para transmitirle tranquilidad "¿Estás bien, Hanbin?" había visto el estado de su viejo amigo, que intentaba recobrar el aire con todas sus fuerzas y no pudo no acercársele. Sin saber como, las manos de Taerae tomaron las suyas y Hanbin de inmediato las apartó. No se sentía bien con el contacto de los demás. A veces, ni siquiera se sentía bien tocándose a sí mismo. El único que podía tocarlo y hacerlo sentir bien aparentemente era Zhang Hao.

"No me... toques... solo... necesito... aire" Susurró, las palabras saliendo con dolor de su garganta.

Esta vez su madre si pareció preocuparse, porque Hanbin notó que se sentó a su lado y lo rodeó con su brazo, acariciándole los costados débilmente.

Sus dedos comenzaron a chasquear de inmediato. No quería que su madre lo tocara. No quería que nadie allí lo tocara.

"¿Puedes dejar de hacer eso? Me pone nerviosa."

Hanbin lo intentó. Realmente lo hizo. Pero entre intentar convencer a sus dedos para que no se movieran y respirar, el sonido se hizo más fuerte y constante, su cerebro tomando la decisión inmediata de que respirar era lo más importante en esos momentos.

"¡Te dije basta, Hanbin!" Gritó su madre, apartándose de él mientras se cubría los oidos.

"¡No... puedo!" Intentó gritar.

The window boy - HAOBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora