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Luego de mostrarle cada rincón de su casa, Cillian se sentó con Tamara en la cocina para redactarle –al pie de la letra- la rutina vespertina de Noah

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Luego de mostrarle cada rincón de su casa, Cillian se sentó con Tamara en la cocina para redactarle –al pie de la letra- la rutina vespertina de Noah. Desde qué champú usar hasta la cantidad de almohadas con las que dormía.

—Señor Murphy —le dijo Tamara—. No se preocupe, ¿si? Noah es un buen chico. Es tranquilo...

—Muy travieso. —Cillian agregó, provocando una risita en ella.

—Como cualquier niño de seis años, así que no hay nada de que estar preocupado. —Ambos miraron a Noah, que en ese momento se hallaba jugando con sus LEGO's en el suelo.

Cillian tamborileó los dedos en el mármol de la isleta antes de levantarse para despedirse de Noah con un beso, haciéndole saber que regresaría más tarde y que obedeciera a Tamara.

—Bien, Tamara –dijo mientras abotonaba su abrigo—. Te dejo a cargo. Trataré de regresar antes de medianoche.

Tammy lo siguió hasta la puerta, donde se detuvo para tomar las llaves de su auto. Se volvió una vez más para despedirse de su hijo con la mano.

—¡Diviértase!

Cillian le sonrió.

—Haré mi mayor esfuerzo. Recuerda que estoy a una llamada de distancia, así que no dudes en hacerlo. —Tamara movió las manos como si escribiera algo en una libreta invisible, provocando la risa de Cillian.

Tras despedirse una última vez, salió de su casa con miles de pensamientos taladrándole el cerebro. Ni siquiera la música de la radio lograba distraerlo. No fue hasta que su celular vibró en su bolsillo que finalmente dejó de pensar en las mil tragedias que pudiesen ocurrir en su ausencia.

Mentiría si dijera que le emocionaba ir a cenar con Harriet. Realmente solo iba a cumplir su palabra. Por más que la chica le pareciera hermosa (luego de ver las portadas de revistas en las que había estado), no lograba sacarse de la cabeza a Nina.

Oh Nina...

La culpable de que esa noche estuviera conduciendo hacia el restaurante más lujoso de la ciudad. Nina, que no se sentía lo suficientemente bella para tener una cita con él, cuando era a quien más deseaba tener en la mesa.

—¿Cillian?

La rubia sacudió una mano a centímetros de su rostro.

—Lo siento —dijo Cillian, volviendo en sí.

Harriet ahogó una risa antes de cortar un trozo de carne.

—¿Escuchaste algo de lo que te dije? —preguntó, y él notó cierto cambio en su tono de voz.

Estaba molesta.

—Disculpa... estoy un poco distraído. No he logrado dormir bien desde que comenzaron las grabaciones de esta película y-

—Nina lo mencionó. —Cillian se giró completamente hacia ella cuando escuchó su nombre—. También mencionó que estabas carente de cariño.

Cillian arrugó la frente.

AGAPE ⭒ CILLIAN M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora