Ser padre soltero y recién divorciado le complica el trabajo a Cillian. Los llamados al set de grabación de su nueva película exigen su presencia gran parte de su día. Por lo tanto, al no poder dejar a su pequeño de 6 años en casa, se ve obligado a...
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-¿Prefieres el lado izquierdo o derecho?
-Derecho -respondió Nina-, está más cerca del baño.
Cillian se rio mientras atravesaba la habitación hacia el armario. Lo abrió y colgó la ropa que recién había salido de la secadora. Una por una, acomodó sus camisas y pantalones, ordenándolos por colores. Nina lo veía desde la cama, sentada al borde de esta, pensando en lo atractivo que lucía haciendo algo tan doméstico como aquello.
-Siempre había creído que tenías a alguien encargado de hacer todo esto. -Nina se sacó los zapatos para subir los pies a la cama.
-Solía tener a alguien -dijo él desde el interior del armario-, cuando vivía Violet aquí no le gustaba encargarse de las actividades del hogar, así que no quedaba otra opción más que contratar a una persona que lo hiciera. En ese momento me encontraba en Londres en grabaciones, entonces...
Cillian se encogió de hombros al salir nuevamente a la habitación.
-Cada vez que me hablas de Violet, pienso que tiene muchas similitudes con mi madre -confesó Nina y luego se echó a reír cuando Cillian lo hizo primero-. ¡Lo digo de verdad! Creo que podrían ser la misma persona.
-No querrías tenerla de madre -le dijo mientras avanzaba hacia ella, cuya mirada estaba fija en él, escudriñando cada centímetro de su rostro-. Mi lado de la cama es el derecho, pero, solo por ser tu, dejaré que lo ocupes esta noche.
Nina sonrió débilmente, sin embargo, por dentro estaba saltando. Había esperado a que él la invitase a pasar la noche allí, pues le avergonzaba pedírselo ella misma. La realidad era que no quería dormir sola en su frío departamento, por lo menos no esa noche. Necesitaba compañía, quería estar con alguien. ¿Y quién mejor para pasar la noche que Cillian?
-Gracias por dejarme dormir aquí -le dijo Nina, echándose hacia atrás hasta chocar con la cabecera-. ¿Qué crees que piense Noah?
-¿De que duermas aquí? -Nina asintió-. Él está encantado, Nina. Piensa que es una pijamada divertida entre todos. Incluso me comentó que le gustaría que mañana nos acompañes a llevarlo al instituto. Pero le dije que no, que debíamos dejarte descansar pues habías tenido un par de días muy ajetreados.
-¡Me encantaría ir con ustedes! -Se adelantó ella, juntando las manos emocionada. Cillian abrió el cajón de la mesita de noche y sacó un par de anteojos que limpió antes de colocarselos.
-Me parece bien, y Noah estará maravillado -dijo Cillian, desplomándose en la cama a su lado. De la mesita de noche, tomó el libro que leía todas las noches y lo abrió en la ultimo página que había leído-. Entonces deberías de dormir ya, si no quieres madrugar por la mañana.
Nina se inclinó hacia él y apoyó la cabeza en su hombro. Lo hizo dudosa al principio, pero cuando Cillian se movió para quedar justo a la altura perfecta, lo tomó como una invitación. Olía a suavizante de ropa, jabón de baño y un toque de avellana. La mezcla perfecta, pensó.
