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—¡Corte! Venga, vamos de nuevo

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—¡Corte! Venga, vamos de nuevo. Retomemos desde la línea de Nina —dijo Christopher por quinta vez—. Es el último día de grabaciones y tenemos que terminar, por lo menos, esta escena.

La frustración en su voz era evidente. Tanto Cillian como Nina intercambiaron una mirada antes de volverse a posicionar en sus lugares.

—¿Estás bien? —Nina se atrevió a preguntar, finalmente rompiendo el silencio.

Cillian se limitó a asentir con la cabeza, provocandole una incomodidad que no había experimentado antes con él. Sin embargo, esa mañana había arribado al set de grabación con la cara desencajada y la mirada pegada al suelo, alertando a todos casi de inmediato. Y aún así, nadie tuvo el suficiente coraje para cuestionarlo; pues la situación con su hijo y ex mujer era algo privado y delicado.

Nadie, excepto Nina.

En cuanto hubieron terminado la escena, Cillian salió a zancadas hacia su camerino. El resto del elenco volvió a sus tareas mientras que Nina, que se había quedado con la palabra en la boca, salió tras él.

Era extraño para ella conocer ese lado de Cillian; serio, molesto y con cara de pocos amigos. Le hacía echar de menos su habitual -y torpe- forma de ser.

Llamó a la puerta tres veces y esperó un momento. Al no recibir respuesta, probó girando la manija y asomó la cabeza. Visualizó a Cillian sentado frente al tocador, frotándose el rostro con una toalla.

—¿Cillian? —Finalmente obtuvo respuesta. Cillian se volvió hacia ella con los ojos bien abiertos—. ¿Puedo pasar?

—Adelante —le dijo él en tono serio.

Nina se acercó lentamente a él, debatiendo entre sentarse en la silla más cercana o en el sofá (que estaba casi junto a la puerta). Echando ambas opciones por la borda, se posicionó frente a Cillian y lo miró desde arriba.

—¿Qué haces? —dijo ella al ver las manchas de maquillaje en el cuello de su camisa. Sus ojos pasaron de esta a la toalla en su mano—. Con esto jamás vas a lograr sacarte el maquillaje.

Cillian se quedó en silencio mientras ella le quitaba la toalla y la arrojaba al cesto de basura. Luego, la vio arrastrar una silla para sentarse frente a él.

—¿Puedo? —preguntó Nina, levantando un paño anteriormente humedecido con desmaquillante.

Cillian asintió una vez, y se inclinó hacia delante, quedando más cerca de Nina. Esta resopló y se movió hasta el borde de la silla, acortando aún más la distancia entre los dos.

Comenzó con suaves y cortos movimientos sobre su piel. Cillian, que tenía los ojos cerrados, se quedó quieto mientras sentía las caricias proporcionadas por ella. Por primera vez en el día había dejado de pensar en todo lo amargo que había pasado con Violet.

AGAPE ⭒ CILLIAN M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora