Capitulo 30: Javi

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(Me guió hacia la cama, se veía que tenía ganas de jugar, tenía hambre y me lo iba a demostrar. Hicimos un trato, la dejé manejar la situación si íbamos lento, dudó un segundo, sé que quería probar la fusta sobre la piel, pero yo no quería empezar tan fuerte, llevábamos toda la tarde follando y parte de la noche)
-¿Me enseñas a utilizarlo?
(Sele estaba de rodillas delante mía con un vibrador de varita, estábamos encima de la cama, me estaba pidiendo que le enseñase a manejarlo, tenía un aire de niña buena, me recordó cuando se subió en el coche por primera vez ingenua y temerosa hasta que descubrí que de eso no tenía nada, era tan suspicaz y segura de si misma todo lo contrario y eso me enamoró)
-¿Ahora si quieres clases teóricas? Porque antes te estabas quejando.
-Fuiste cruel conmigo, quería correrme.
-Así es más fácil controlarte, pero no siempre será así-(dije sonriendo)
-Más te vale.
-¿Eso es una amenaza? Lobita. -(dije en tono sugerente)
-Si.
(Me tumbó en la cama de un empujón y se puso encima de mis muslos, sentía mi erección palpitar, ella ni siquiera sé inmutó de mi firmeza, estaba concentrada mirándome a los ojos con desafío)
(Sele me dió el juguete)
-Esto es un vibrador de varita.
-¿Es como la bala?
-Parecido, pero la sensación es diferente. ¿Ves el cabezal y las marcas que tiene?
-Si.
-Pues eso es lo que da un tacto diferente, mientras la bala es lisa, esto tiene estrías.
-Ummm, debe de ser una sensación muy placentera.
-Lo es. Mira.
(Encendí el juguete y comencé desde mi posición a jugar cerca de su entrepierna, ella me puso las manos en el pecho, esas manos suaves y cálidas que tanto me gustaba que me tocasen, no acababa de empezar y ya se revolvía de placer, desde mi perspectiva era una imagen muy sexual, nuestras afinidades se sacudieron una vez más)
(Paré el juguete)
-Has visto como funciona.
-Sii, -(dijo gimiendo) - Todavía siento el cosquilleo.
-Pues toma.
(Le pasé el vibrador)
-Ahora te toca a ti tener el control. -(Se le formó una sonrisa traviesa)
(Sele empezó a jugar con el vibrador sobre su clítoris, con su otra mano me agarró la polla y comenzó a masturbarme, la suavidad de sus manos moviéndose de arriba abajo por todo mi miembro, jugando con la rotación de su muñeca, masajeando desde la base hasta la punta de mi erección, gemía y me tensaba en sus manos, tenía control sobre mí y sobre su propio placer, el movimiento de su mano sobre mi polla cesó, se separó el vibrador del clítoris, apagándolo, me tenía mojado, húmedo, empapado, se separó de mí, mis muslos estaban empapados por sus fluidos, colocó su entrada en la punta de mi polla, empezó a restregarse, mojándomela de arriba abajo con su humedad, me estaba volviendo loco, sino le hubiese dicho de manejar la situación ahora mismo estaría aullando mi nombre como la loba que es, pero tenía que tener autocontrol, se ve que disfruta de torturarme, era verdad cuando dijo que se las iba a pagar, poco a poco introdujo mi polla en su coño, era la puta sensación más placentera del mundo, gemí cuando la sentí dentro, y ahora sí, ella ya tenía todo el control sobre de mi, de mi placer, de mi orgasmo, y del ritmo de mi corazón, me cabalgó, me cabalgó sin descanso, mis manos en sus caderas, siguiendo sus movimientos, se movía de forma salvaje e indómita, gemía, gemía a cada movimiento que hacía, me tenía debajo de ella pidiendo más, mis manos le incitaban a acelerar el movimiento)
-Sele, Sele, -(dije entre gemidos ahogados, no podía más) voy a estallar, no puedo controlar.
(El movimiento húmedo que hacían al cochar, el sudor de la lujuria bañando nuestros cuerpos, el deseo, la lascivia y el calor de nuestras líneas, de nuestras afinidades)
-Me voy loba, me...
(Me corrí, me corrí tanto que dolía, notaba el calor y la humedad de su orgasmo recorriendo mi polla, estábamos tan mojados los dos, ¡joder!, estaba claro que la iba a dejar manejar más veces, sabía controlar mi Porsche y también a mi, por primera vez en mi vida dudé de ser dominante porque creo que estaba empezando a ser esclavo de los deseos de mi loba)

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